La cebolla  pertenece a la extensa familia de las liliáceas, al igual que el ajo, con el que comparte algunas propiedades. En cuanto a sus vitaminas y minerales, la cebolla procura buenas dosis de vitamina C, potasio, calcio y fósforo, así como, un alto porcentaje del oligoelemento cromo y pequeñas cantidades de azufre, bromo, cobalto, cobre, magnesio, silicio y cinc. Tiene propiedades antiinflamatorias, antialérgicas y protectoras frente al cáncer, especialmente de mama, colon y próstata; además, puede ayudar a reducir los síntomas de fatiga, ansiedad y depresión.

La fama de la cebolla como alimento depurativo es bien merecida, pero sus propiedades para la salud van mucho más allá. Debido a sus componentes azufrados previene la formación de trombos. Evita  la fermentación intestinal, la presencia de parásitos  y el estreñimiento. Alivia las digestiones pesadas pero debes ser cauto si padeces de acidez. Es interesante su contenido en glucoquinina, una sustancia considerada la «insulina vegetal», que ayuda a combatir la diabetes.

Su presencia en la cocina es imprescindible. Encurtida, frita, rebozada, hervida, al horno o cruda, la cebolla es deliciosa. Al cocinar los alimentos, se reduce al máximo la pérdida de nutrientes y se aligera el plato, haciéndolo más fácil de digerir. Una buena base de cebolla picada o cortada en juliana sobre un fondo leve de aceite, es siempre un buen comienzo para preparar cualquier guiso o un estofado.

Un detalle importante es añadir la cebolla cuando el aceite esté lo suficientemente caliente, pero antes de que comience a humear. Esto evita que se empape de aceite y se rompa su estructura. Para suavizarla basta con dejarla unos minutos en maceración, con un poco de sal y un chorrito de vinagre. Esta afinidad con el vinagre la convierte en una hortaliza idónea para la preparación de encurtidos, ya sea sola o mezclada con otras hierbas aromáticas.

También se puede servir, simplemente, con un poco de limón y algo de perejil picado, como tienen costumbre en algunos países árabes. Agregar cebolla a los platos es una excelente manera de potenciar su sabor sin tener que recurrir a salsas o ingredientes artificiales. Además, es baja en sodio y no contiene grasas. La cebolla es una aliada de la salud humana y aunque al inicio de la cosecha los precios suelen elevarse casi hasta el infinito, todo cocinero o cocinera se esfuerza por tenerla en su cocina y aprovecha hasta las hojas. ¿Cierto o no?

Fuente: Internet

Janet Pérez Rodríguez
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