Hoy es común escuchar  esta frase: «estos jóvenes no tienen responsabilidad» Esta acción es una herramienta fundamental para formar hombres y mujeres de bien apegados a la realidad.

Ser responsables es una de las claves para que tus hijos afronten bien el día a día del curso y las obligaciones escolares, pero la educación en este ámbito debe comenzar y potenciarse en casa.

Fomentar la responsabilidad es una tarea a largo plazo que se construye con pequeños pasos, hasta conseguir que tus hijos aprendan valores esenciales no solo para su formación sino también para su vida diaria, como el compromiso, el esfuerzo, la paciencia o la capacidad de superación.

Para fomentar la responsabilidad hay que trabajar diversas habilidades como la perseverancia, la asunción de tareas, el pensamiento crítico, la capacidad para tomar decisiones, la motivación o la organización del propio tiempo. Dale cierta independencia en el día a día.

La responsabilidad está muy relacionada con la autonomía y con la capacidad de desenvolverse por uno mismo. Por ejemplo, dar una pequeña asignación de fin de semana y dejar que el propio niño la administre es una buena manera de que comprenda cuánto valen las cosas o descubra las ventajas de ahorrar. Deja que decida.

Hay muchos ámbitos en los que puedes ir animando a tus hijos a que elijan, aunque sea con tu ayuda y supervisión: la ropa que llevan, los libros que leen, los juegos que más les gustan o las actividades extraescolares que prefieren practicar. Y, siempre que sea posible, deja que asuma las consecuencias de sus decisiones, sean acertadas o erróneas. De los errores se aprende!!

Asígnale tareas en casa. Ocuparse de recoger sus juguetes y ordenar su cuarto, preparar los libros para la escuela cada mañana, hacer la cama o lavarse las manos antes de comer y los dientes después pueden ser actividades de las que tenga que responsabilizarse por sí mismo, sin necesidad de que debas recordárselo. De este modo aprenderá además a organizar su tiempo para cumplir con sus obligaciones y disfrutar del resto de la jornada.

Resulta fundamental que como padre seas ejemplo y asumas tus propias responsabilidades y le expliques a tu hijo por qué lo haces así. Eso ayudará en la relación padre-hijo y le dejarás ver tus responsabilidades. En vez de decirle directamente qué tiene que hacer, fomenta su pensamiento lógico y su capacidad de solucionar problemas o situaciones difíciles mediante el razonamiento.

Para enseñar a tu hijo a ser responsable debes hacerle ver las ventajas de la responsabilidad y animarle a que comprenda que de ese modo conseguirá el resultado que se propone. En último término, se trata de que el niño actúe de forma correcta y sea responsable porque quiere serlo, no porque se le ordene. Reconoce sus logros.

Mantente firme si no cumple sus obligaciones y ayúdale cuando se equivoque o flaquee, pero no olvides apreciar sus méritos. De este modo le harás ver lo que ha conseguido gracias a su compromiso y su actitud responsable.

Pon en práctica estos consejos. Ayuda a tus hijos a sentirse útiles y provechosos. Es nuestra responsabilidad como padres y ellos, nuestros hijos, y la sociedad lo agradecerán.

Olga Álvarez Suárez
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