La felicidad es un estado emocional positivo y deseable que se caracteriza por sentimientos de satisfacción, alegría, bienestar y plenitud en la vida. Es un estado subjetivo y personal que varía de una persona a otra y se puede experimentar de muchas formas, como en momentos de éxito, de amor, de conexión con otros, de realización personal, entre otros.

La felicidad también puede ser considerada como una actitud ante la vida, una forma de ver el mundo y afrontar los desafíos cotidianos con una perspectiva optimista y positiva. La felicidad no es un estado permanente y constante, sino que es un sentimiento que va y viene, y que se puede cultivar a través de prácticas y actitudes que fomenten el bienestar emocional y físico.

Es verdad que vivimos momentos difíciles pero lo importante es aprovechar todo lo que te de satisfacción, de nada vale el lamento. Fomentar la felicidad en nuestra vida puede tener una gran cantidad de beneficios, tanto para nuestra salud física como mental.

La felicidad puede reducir el estrés, la ansiedad y la depresión, y aumentar la autoestima y la autoconfianza. Las emociones positivas pueden reducir el riesgo de enfermedades cardiovasculares, mejorar el sistema inmunológico y reducir el dolor crónico. Las personas felices tienden a tener relaciones más satisfactorias y duraderas con amigos, familiares y parejas.

Las personas positivas tienen mayor capacidad para resolver problemas y ser más creativos en su trabajo y en otros aspectos de la vida. Fomentar la felicidad en nuestra vida puede tener un gran impacto en nuestra salud física y emocional, en nuestras relaciones interpersonales, en nuestra creatividad y productividad, y en nuestra calidad de vida en general.

A veces la vida nos pone en situaciones que desperdiciamos por la premura del tiempo. Disfrute más las relaciones con la familia, el jugar con los hijos, los nietos, ver una película, conversar con amigos son acciones que nos aportan a favor de nuestro bienestar.

Crear momentos alegres con nuestros hijos a temprana edad, ayudará a tener una mejor salud física y mental a lo largo de su vida. Las memorias son la clave de nuestra identidad como personas e influyen mucho en las relaciones sociales con los demás.

Regalar instantes de felicidad en familia refuerza el vínculo familiar y podremos establecer una relación basada en la confianza, respeto y amor. Así cuando nuestros hijos sean adultos será poco probable que padezcan de depresión o ansiedad. Al contrario, se sentirán plenos, felices y nos recordarán como sus mejores amigos.

Diseño: Adrian Torres
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Olga Álvarez Suárez
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