¿Cuándo preocuparnos por la pérdida de la memoria?

Estilos de vida saludable contribuyen a evitar la pérdida de memoria y garantizan sin dudas: una vida mejor.

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La pérdida de la memoria no solo nos incapacita para recordar algo, sino que disminuye  la capacidad de aprender cosas nuevas. Perder la memoria es un proceso común cuando vamos envejeciendo, y es que con la edad nuestro cerebro se vuelve “menos flexible” perdiendo capacidad de adaptación, aunque también puede ocurrirle a personas jóvenes.

Entre los síntomas de la pérdida de la memoria tenemos: la dificultad para realizar actividades cotidianas, inconveniencia para prestar atención, confusión mental, lentitud de movimientos, depresión, dolor de cabeza,  problemas de visión y dificultad para entender el lenguaje.

Todos alguna vez hemos experimentado pérdida de memoria, es más, hay épocas en la vida en las que sufrimos más de esta pérdida que en otras. Las causas pueden ser el estrés, problemas de salud, malos hábitos, largas jornadas laborales  o el estilo de vida frenético que llevamos.

¿Cómo evitar la pérdida de memoria?

Debes impedir el estrés o minimizarlo, esto es posible restándole importancia al factor que lo produce. Realizar ejercicios físicos, llevar una alimentación saludable y tener un descanso adecuado ayudan a eliminar el estrés de nuestras vidas.

Si te despistas con facilidad, necesitas máxima concentración en el trabajo. Una opción para entrenarla y ejercitar el cerebro es la realización de juegos como sopas de letras y crucigramas.

Si tienes déficit de vitaminas puedes recurrir a complementos vitamínicos o ingerir alimentos que los contengan, pero lo más importante es no obsesionarte, pues un olvido no implica problemas de memoria. No hay que confundir los despistes puntuales o los olvidos momentáneos, con algún problema senil.