Alejandro Batista Martínez

FUENTE: Fichas en poder del autor.

El término apostilla es de origen francés y quiere decir nota o anotación.

Este encuentro con nuestras raíces estará dedicado hoy a rememorar la historia ariguanabense, en forma de notas breves para recordar el pasado.

Durante el gobierno del Marqués de la Torre, entre 1774 y 1775, se realizó el primer censo oficial de Cuba.

Para esa fecha los habitantes del caserío que después sería San Antonio, fueron incluidos en Santiago de las Vegas.

En 1801 se confeccionó un censo local que arrojó 6038 habitantes, de los cuales más de 2000 eran esclavos. Por razones geográficas no abundaron en territorio ariguanabense los palenques de esclavos.

Quienes huían buscaban refugio con los apalencados pinareños.

En la Conspiración de Aponte, de 1810, participaron negros libres de la jurisdicción. Fueron ellos Francisco González Galano, Juan Brañas y Desiderio Malagamba.

Acusados de ser agentes conspiradores en Alquízar y San Antonio, fueron remitidos a la fortaleza de La Cabaña, donde se encontraba el propio Aponte.

Todo parece indicar que ese movimiento tuvo poca posibilidad de propaganda por lo disperso y poco numeroso de las dotaciones de la región.

La acción judicial se limitó a la detención de los agentes y algunas investigaciones entre los amigos de los encartados.

El proceso que frustró la insurrección, aumentó el temor de los dueños de esclavos a un levantamiento victorioso.

Ello los hizo reforzar la vigilancia y hacer más riguroso el aislamiento entre las dotaciones.

En 1827 el Marqués de Montehermoso, Justicia Mayor de la Villa de San Antonio, dispuso que la Plaza de la Cárcel se convirtiera en Plaza de Armas.

Destinada al entrenamiento de los reclutas para el ejército colonial español, desplazó las ventas de verduras para la Plaza de Montehermoso, hoy Julio Pérez.

Siendo Felipe de Loira Teniente Gobernador de la Villa, en  1849 se ideó un proyecto para remozar la Plaza de Armas.

Con donativos particulares se consiguió echarle el piso de cocó, dotarla de bancos de madera y poner dos pilares a la entrada de cada calle.

Alrededor del lugar se sembraron álamos y se le denominó Plaza de Recreo. En 1858 se colocó un monumento del Príncipe de Asturias, a 5 varas al norte de donde se encuentra el busto de José Martí.

El monumento consistía en una columna decorada, terminada en una esfera, con una inscripción en su tercio inferior.

En 1878 fue donada al Ayuntamiento una estatua de Isabel la Católica, por el licenciado Carlos Saladrigas.

La imagen fue emplazada en la Plaza de Recreo hasta el fin de la dominación española.

Arrancada de su pedestal, en 1911 fue donada al museo de Cárdenas, en Matanzas.

En la era republicana el alcalde Vivanco ordenó cementar la Plaza de Recreo.

En agosto de 1913 se recibió la donación para adquirir los bancos de granito artificial y fueron colocados en el mes de noviembre.

Por la suma de 600 pesos fue posible adquirir 8 candelabros y 8 columnas de granito.

Siendo Alcalde el doctor Humberto Rodríguez Maribona se inició la construcción de una glorieta en el centro del parque.

El pueblo la denominó el tibor de Maribona.

La obra quedó inconclusa y fue demolida tiempo después, instalándose en su lugar el busto del Héroe Nacional José Martí.

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