La Pasión de Yaíma

Sabía que es una extraordinaria enfermera, llegar a su casa y conversar un buen rato me lo confirmó.

Sencilla, enfocada, dulce y con voz de adolescente, Yaima Borroto Barbosa me cuenta sobre su profesión:

Llevo 24 años como enfermera. He trabajado en el hospital como Jefa de Sala de Puérperas, como Supervisora en el Grupo Básico de Trabajo en el Policlínico 1, luego en el 2 y desde el 2018 soy la Asesora del Programa de Atención Materno-Infantil PAMI en el Policlínico 1.

Me gustan mucho las Ciencias Médicas, el trato con las personas, su evolución. Me gusta el trato con las embarazadas, muchas me conocen, me gusta conocer a sus hijos cuando llegan al mundo.

Por eso, soy enfermera. Me gusta este trabajo complicado pero de mucha responsabilidad.

Se dice que las enfermeras son el alma dentro de la Salud Pública. ¿Es así?

Sí, así lo veo, porque somos educadores por excelencia, ahí está la base de la enfermería. Estamos con la palabra de aliento, enseñando cómo mejorar o cómo no enfermar y en la atención primaria de salud, que es lo que más me toca.

Es la enfermera la persona que conoce su población, crea mayor confianza con los pacientes, es la persona a quien más rápido buscan para asistencia, siempre está en contacto directo con el paciente; el médico también -por supuesto- pero las enfermeras se afianzan más.

Tiempos de Pandemia

Me tocó Centro de Aislamiento, Cuerpo de Guardia de Infecciones Respiratorias Agudas IRA, fueron días muy difíciles, con episodios dolorosos que no olvidaré nunca, perdí a colegas, enfermé yo y mi familia…

La pandemia me cambió la vida, me ayudó a entender la enfermería y a enamorarme más de la enfermería, porque me sentí muy útil en un momento tan fuerte como el que se está viviendo.

¿Y en casa? (Yaima sonríe con los ojos transparentes de una niña)

Imagínate… (carcajea) recibo mucha ayuda de mi esposo y de mi hija, sino no se pudieran hacer las cosas, pero… así es la vida que una lleva siempre en casa.

Madurez, consagración…

Noto en ti una persona muy fuerte, enfocada y directa, dime un nombre, sólo uno que te haya llevado a querer tu carrera, que la hayas seguido.

Yaima se sonroja, titubea, suspira y sonríe con total humildad…

Imagínate… no sé, conozco y admiro a muchas, me ayudaron y son magníficas, por ellas me enorgullece ser enfermera, no puedo darte un nombre, sería demasiado, me quedo con sus nombres en mi corazón – casi con lágrimas en sus ojos-.

Un consejo útil a los jóvenes que ingresan en esta carrera: que estudien, que hagan bien su trabajo, que respeten a sus compañeros de trabajo y sobre todo, al paciente.

La enfermería se gana con la inteligencia y el conocimiento, que demuestren lo que tienen, la enfermería como la medicina, nunca, pero nunca termina. La Covid lo demostró, no sólo estudiaron los médicos, también nosotros. La superación es fundamental.

Carmen Lieng Mena Lombillo
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