Por: Alejandro Batista Martínez

FUENTE: Multimedia Educadores Destacados del Siglo XX.

Nacido el 23 de noviembre de 1912, en Vereda Nueva, Osvaldo Ramón Marino Sánchez Cabrera fue el mayor de 4 hermanos. Sus primeros estudios los realizó en escuelas públicas de la localidad.

Ingresó en el Instituto de Segunda Enseñanza Número 1 de La Habana, graduándose de Bachiller en Letras y Ciencias con las mejores calificaciones.

Sus actividades revolucionarias frustraron sus propósitos de estudiar Medicina.

Luchador contra la dictadura de Gerardo Machado, con 18 años, fundó el Centro Obrero de Vereda, donde impartía clases a los obreros en horario nocturno. Sobre este destacado revolucionario le acercamos en este encuentro con nuestras raíces.

Imbuido en la lucha revolucionaria sufrió su primera prisión el 9 de enero de 1931. ¿Qué la causó? Un baile en la Sociedad de Instrucción y Recreo José Martí, que se efectuaría precisamente en la fecha del asesinato de Julio Antonio Mella.

Osvaldo, indignado, subió al escenario de la Sociedad veredana, exaltó las virtudes de Mella y exhortó al pueblo a no asistir al baile. Fue detenido y juzgado a 15 días de arresto o cincuenta pesos de multa.

El 4 de abril de 1935, contrajo matrimonio con la también combatiente revolucionaria Clementina Serra Robledo, ingresando en la Liga Juvenil Comunista.

El 31 de enero de 1936, al ser sorprendida una reunión en su casa, tratando de huir de la policía, Osvaldo Sánchez se lanzó desde la azotea y al caer al pavimento se fracturó una pierna que le quedó defectuosa para el resto de su vida. Tanto él como su esposa fueron detenidos por los agentes policíacos.

En 1939 se inició una nueva etapa en su vida, pues a partir de entonces acumuló méritos, luchó decididamente y se convirtió en un apóstol de las ideas marxista-leninistas.

Cruzó el país de un lado a otro, aglutinado prosélitos.
Pidió su ingreso definitivo en las filas del Partido Comunista de Cuba.

Jugó un importante papel asesorando al Ala Izquierda Estudiantil en los años treinta y muy especialmente en la Sección Normalista, donde también descolló su compañera Clementina Serra.

La situación política de Cuba en 1950 agudizó la actividad del movimiento revolucionario.

El Partido Comunista fue ilegalizado, dando lugar a organizar una comisión para dirigir los trabajos clandestinos del Partido y las organizaciones revolucionarias bajo su dirección. Con el desembarco del Granma en 1956, se hacía necesario coordinar la lucha.

Fue precisamente Osvaldo Sánchez Cabrera el escogido para servir de enlace entre el Comité Nacional del Partido Socialista Popular y el Estado Mayor de Ejército Rebelde en la Sierra Maestra. En esta arriesgada y difícil tarea utilizó el seudónimo de Rafael.

Acreditado ante el Movimiento Veintiséis de Julio, fue de los primeros en contactar con Fidel Castro en México.

Al propio tiempo se puso de acuerdo para organizar la invasión armada a la tiranía batistiana. Con gran desprecio de su vida, entraba y salía de las zonas guerrilleras.

Trabajaba incansablemente en la organización de las fuentes de abastecimiento del Ejército Rebelde en las zonas de Yaguajay y el Escambray.

Colaboró en la organización del Frente Norte de Las Villas y en el desarrollo de la invasión a Occidente, bajo la dirección del Comandante Ernesto Guevara. Participó en la batalla de Santa Clara hasta la caída de la tiranía. Con la columna del Guerrillero Heroico entró en La Habana.

Después del triunfo revolucionario Osvaldo Sánchez Cabrera laboró estrechamente ligado a los comandantes Raúl Castro, Ernesto Guevara y Ramiro Valdés Menéndez, pasando a trabajar a las órdenes de este último en el Ministerio del Interior.

En los primeros días de enero de 1961 viajó, en cumplimiento de misiones asignadas, a bordo del avión Cesna 310, número 56, de la Fuerza Aérea, a la provincia de Oriente. Al regreso, en horas de la tarde del 9 de enero de 1961, debido al mal tiempo existente, intentaron aterrizar en el aeropuerto de Varadero, produciéndose un fatídico accidente que le ocasionó la muerte.

El Che, al despedir el duelo de Osvaldo Sánchez Cabrera, expresó: “Cuando han habido vidas luminosas no puede haber muertes inútiles”. A 64 años de su deceso, sirva este espacio para recordar su impronta.

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