Por: Alejandro Batista Martínez
FUENTE: Fichas en poder del autor.
Aunque parezca exageración de la televisión cubana, la orden: ¡Corneta, toque usted a degüello!, era muy temida por las tropas españolas.
Ese bocadillo es uno de los más estremecedores de los dibujos animados de Elpidio Valdés.
Pero ¿quién fue el creador de ese toque? ¿Qué otras frases populares de los insurrecto llegan hasta nuestros días? En nuestro encuentro hallarán las respuestas.
Eduardo Agramonte Piña formó parte del grupo de médicos, farmacéuticos y odontólogos que prestaron sus servicios en el campo insurrecto.
Su quehacer no se limitó exclusivamente en el orden profesional, sino que trascendió también en el militar.
Alcanzó el grado de coronel y ocupó diversos cargos en el gobierno de la República en Armas. Se destacó como compositor y fue autor del toque a degüello que entonaban las tropas cubanas en sus cargas al machete.
Murió en combate, el 8 de marzo de 1872.
En su carta testamento expresaba la voluntad de una patria mejor para sus hijos: Las bases que deseo den a la educación de mis hijos son el amor sin límites a la justicia y a la verdad.
Otro camagüeyano, Jesús Valdés Urra, acuñó una frase que hoy resulta común en cualquier discusión.
Conocido como Chicho Valdés, estuvo propuesto por el presidente Céspedes para el grado de General.
Fue un hombre de amplia cultura y una figura popular en el ejército mambí.
Orador espontáneo y talentoso, abolicionista tenaz, pronunció un solo discurso durante los debates de la Asamblea de Guáimaro, en el que, al criticar duramente las prolongadas intervenciones que allí se sucedían, sentenció: Caballeros: peleen y no hablen tanto. Murió en la manigua el 6 de diciembre de 1870.
Natural de Las Pozas, Bahía Honda, Nicasio Rivera se unió a las tropas de Antonio Maceo en su paso hacia Occidente.
Junto a su hermano recorrió los más recónditos parajes de Vuelta Abajo y participó en el combate de San Pedro.
Después de la muerte del Titán de Bronce continuó luchando hasta la malograda independencia.
Amparado en los acuerdos del licenciamiento del Ejército Libertador, los hermanos Rivera recibieron veinticinco pesos como pago por deponer sus armas. Regresaron a Las Pozas para continuar sus labores como campesinos.
Con los setenta y cinco pesos que Nicasio recibió por el pago retroactivo de sus honorarios como veterano de la independencia de Cuba se instaló en Villa Roja de Artemisa.
Radicado en las fincas La Luisa y Santo Cristo, con sesenta años de edad contrajo matrimonio con una joven de dieciséis, de cuya unión nacieron siete hijos.
De anteriores matrimonios tenía una prole de veintitrés descendientes.
En 1948 Nicasio Rivera compró una casa y se mudó para Bauta, donde vivió hasta su fallecimiento, acaecido en 1970, a los 114 años. Como soldado del Ejército Libertador Nicasio Rivera tuvo una pensión anual de trescientos pesos.
Su carné de Pensionado, conservado en el Museo Municipal de Bauta, así lo confirma.
Fue este humilde campesino el último mambí enterrado en el Panteón de los Veteranos del Cementerio de Bauta.
- Preparativos para la XXIV Edición de la Bienal Internacional de Humorismo Gráfico 2025 - 21 de enero de 2025
- Recorrió presidente cubano sitios de interés en Artemisa - 16 de enero de 2025
- El padre de la Edad de Oro - 16 de enero de 2025