Por Alejandro Batista Martínez

FUENTE: Fichas en poder del autor.

Un placer reencontrarnos en este espacio para divulgar la historia. Nacido en Arroyo Naranjo, en de mayo de 1944, Juan Alejo Triana Díaz vivió una buena parte de su vida en la Villa del Ariguanabo. Cursó estudios primarios y secundarios en La Habana y se incorporó a las tareas educacionales de la Revolución triunfante.

En 1966 se graduó como Maestro Primario, en 1980 se tituló como profesor de Secundaria Básica y 7 años más tarde culminó la Licenciatura en Educación, en la especialidad de Historia y Ciencias Sociales. Sobre Juan Alejo Triana Díaz le acercamos en este encuentro matutino con nuestras raíces.

Entregado por completo a las tareas de la Revolución Juan Alejo Triana Díaz fue miembro de la Asociación de Jóvenes Rebeldes, los Comités de Defensa de la Revolución, el Partido Comunista y las Milicias de Tropas Territoriales. En el año 1961, durante la Campaña de Alfabetización, regó el pan de la enseñanza por las montañas del Escambray. A él correspondió la honrosa misión de sustituir a su colega, el maestro voluntario Conrado Benítez García. Asediado por las bandas contrarrevolucionarias que operaban en la zona, Triana no  vaciló en el empeño de encender la llama del conocimiento, como lo había hecho su predecesor. Tal fue su desempeño que lo seleccionaron como profesor de Historia en la Escuela Formadora de Maestros de Minas de Frío, en la Sierra Maestra. Perteneciente a la Brigada de Maestros de Vanguardia Frank País García, escaló diferentes puestos en el sector de la educación en las provincias de Oriente y La Habana.

En 1977 llegó Juan Alejo Triana Díaz a San Antonio de los Baños para desempeñarse como Director Municipal de Educación. En la década del 80 pasó como inspector a la Dirección Provincial de Educación de la entonces provincia de La Habana y ocupó indistintamente la dirección de las escuelas Victoria de Jijiga y Leoncio Prado.

Constantemente preocupado por la superación personal y profesional, Juan Alejo Triana Díaz, constituyó un paradigma en la formación de cuadros, especialmente en el sector educacional. Desde su responsabilidad como Jefe del Departamento de Dirección Científica Educacional en el Instituto Superior Pedagógico Rubén Martínez Villena, incidió directamente en la preparación de decenas de directivos. Recibió en vida las medallas de la Alfabetización, 40 Aniversario de las FAR y José Tey, así como la Distinción por la Educación Cubana. Vanguardia Nacional en 1988, el mayor reconocimiento fue el respeto y cariño del pueblo ariguanabense que lo acogió como a un hijo.

 

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