Por: M.S.c Alejandro Batista Martínez

FUENTE: Internet.

Al norte del municipio de Bauta, se localiza una comunidad que lleva el nombre de un mártir de la Revolución cubana. Nacido el 22 de mayo del 1920 en la localidad del Wajay, Roberto era hijo del comerciante y revolucionario antimachadista Cristóbal Negrín Chávez y de Florinda González Perdomo.

Siendo niño la familia se trasladó al pueblo del Guatao, donde Roberto pasó el resto de su vida. La posición de sus padres era hasta cierto punto privilegiada, pues eran dueños de un comercio, sin embargo nunca hizo alarde de esa condición. Entre sus mejores amigos se encontraban humildes campesinos y trabajadores a los que muchas veces prestó ayuda económica

A la edad de veinticinco años comenzó a trabajar en la Textilera Ariguanabo. Como obrero textil mantuvo siempre una posición a favor de la clase obrera, combatiendo a los elementos patronales que sometían a sus trabajadores. Esto fue un aval para militar posteriormente en el Partido Ortodoxo, con cuyos dirigentes del Guatao hizo estrecha amistad.

El 29 de enero del 1948 contrajo matrimonio con Emilia Rubio Navarro, con quien tuvo dos hijas. Dos meses después, en marzo de ese mismo año, falleció su padre, por lo que se hizo cargo del comercio. A partir del cuartelazo del 10 de marzo de 1952, Roberto se convirtió en un activo combatiente de la Revolución, incorporándose oficialmente en la lucha clandestina en el año del centenario de José Martí.

Al organizarse el Movimiento 26 de Julio, en 1955, se sumó a esta organización, ocupando el cargo de Financiero y Suministros en Bauta. Su acción conspirativa se expandió con gran rapidez a toda la antigua provincia de La Habana. Después del desembarco del Granma su bodega pasó a ser centro de enlace de los revolucionarios y de suministro de mercancías y medicinas, las que eran enviadas a los frentes de combate.

En 1958 se recrudeció el terror en toda la República y Bauta no fue la excepción. Roberto, junto a un gran grupo de bautenses, recibió la orden de marchar a los frentes abiertos en las montañas, pero subestimó el peligro creyéndose más útil en su trabajo clandestino. Fue delatado por Amado Rodríguez, alias El Bombero. El comandante Alberto García Valdés, jefe del puesto de la Guardia Rural de La Lisa, ordenó su detención al teniente Crescencio Toledo y al cabo Fidel Díaz Mezquida.

En la noche del 19 de diciembre del 1958 Roberto Negrín fue bárbaramente torturado por esbirros batistianos, sin embargo cumplió su promesa de no delatar a sus compañeros. Lo llevaron a las cercanías de Guajaibón, en la entonces incipiente carretera Panamericana de Baracoa a Mariel, y lo volvieron a golpear salvajemente. El comandante de la Guardia Rural Alberto García Valdés dio la orden de que tenía que ser sacado de allí y lanzado a otro lugar donde causara menos sospechas. Recogieron lo que pensaron era un cadáver, percatándose de que aún respiraba. Fue entonces cuando el cabo Fidel Díaz Mezquida lo estranguló con sus manos.

El cuerpo inerte de Roberto Negrín González fue tirado a la orilla de la carretera Panamericana, casi a la entrada del puente de acceso a la actual Base Aérea de Baracoa. Su cadáver fue encontrado el primero de febrero del 1959, descompuesto y consumido casi totalmente por las aves de rapiña. Con el triunfo de la Revolución los esbirros fueron detenidos y puestos a disposición de los tribunales revolucionarios. El cabo Fidel Díaz Mezquida, después de mucho negarlo, confesó el lugar donde habían abandonado el cadáver del combatiente clandestino.

Deja una respuesta