Efemérides de agosto en San Antonio de los Baños

Por: Lic. Alejandro Batista

“Buscando en el baúl de los recuerdos…”, como dice una célebre canción de la década prodigiosa, encontramos información para compartir con ustedes. Hoy conocerán sobre varios sucesos de nuestra historia local, ocurridos en el mes de agosto.

La Sociedad Económica de Amigos del País es una institución que agrupa a individuos preocupados y ocupados por el progreso de Cuba. Fundada a finales del siglo 18, continúa activa hasta hoy y es una de las asociaciones más antiguas de la Isla.

La delegación ariguanabense de dicha Sociedad se constituyó el 31 de agosto de 1834. Aunque no tenemos la fecha precisa de su disolución, su existencia contribuyó decisivamente a gestionar el desarrollo de la Villa. En su primer año de existencia fomentó la construcción del primer puente sobre el arroyuelo de Govea. Al siguiente año dicha diputación patriótica promovió la creación del Colegio Santa Cristina.

Otro acontecimiento trascendental acaeció el 15 de agosto de 1855. En esa fecha el Capitán General de la Isla, don José Gutiérrez de la Concha, concedió al Ayuntamiento de San Antonio el permiso para instituir la feria anual de la Villa. Dicha celebración tendría lugar entre los días 16 y 24 de enero, en honor del santo patrón. La primera feria se realizó en 1858, con una duración de 9 días consecutivos.

El primer Cuerpo de Bomberos de la ciudad, surgió el 17 de agosto de 1859. Aunque se disolvió en 1894, fue una organización necesaria para el desarrollo de la villa del Ariguanabo.

Otro histórico suceso, tristemente célebre, ocurrió el 18 de agosto de 1889. La muerte del Licenciado Juan Cantalapiedra. Notable abogado, filósofo, fiscal, poeta y literato, es el autor de la Oda al Círculo de Artesanos. En su casa de la calle Gispert número 9, la muerte lo sorprendió, a los 55 años de edad.

El 15 de agosto de 1903, quedó inaugurada la carretera de San Antonio de los Baños al Rincón. Para la ocasión se realizó una fiesta típica, junto a la ceiba que existía en la loma de Regüeiferos. En una espaciosa glorieta de guano, en la que oficiaba como cantinero Octavio Álvarez, se bailó y se cantó hasta el amanecer.

Mientras esto ocurría, en el casco urbano se develaba un importante monumento que llega hasta nuestros días. Se trata de la columna conmemorativa que se encuentra a la entrada del pueblo, viniendo desde La Habana. En su base fue colocada una tarja, dedicada a Antonio Vivanco Hernández. A su perseverancia, por la construcción de la referida arteria, el pueblo, agradecido, grabó su nombre en esa losa.

Otro suceso singular ocurrió a finales de agosto del año 1906. Producto de fuertes temporales el río Ariguanabo se desbordó en dirección al Palenque. Los puentes fueron arrastrados y hasta se improvisó un puente colgante, en el cruce de la calle Maceo. Por allí intentó cruzar Generoso el Carbonero, con un gran saco a cuestas, pero cayó al río. En su auxilio se lanzó al agua el comerciante Alfredo Socarrás. Aunque muy bien intencionado, el exceso de grasa corporal lo hizo fracasar en sus propósitos humanitarios. Otro individuo de cuerpo más ligero, nombrado León Acosta, resultó ser el héroe del día. Algún ariguanabense anónimo, con el humorismo que nos caracteriza, recreó lo ocurrido en una copla popular:

“Generoso el carbonero,

en la corriente cayó;

León Acosta lo sacó,

en el puente del crucero”.

FUENTE: Fichas en poder del autor.