La culta villa de San Antonio de los Baños

»La Sociedad Amigos del País en San Antonio de los Baños impulsó la transformación social y cultural en la región»

Por: Lic. Alejandro Batista.

Al concluir el siglo XIX La Habana contaba con 82 instituciones de instrucción y recreo que agrupaban a lo más selecto de la sociedad colonial. Con la creación en 1834 de una diputación de la Sociedad Económica de Amigos del País en San Antonio de los Baños, se impulsó la transformación social y cultural en la región.

La Sociedad Lírico Dramática La Filarmónica se fundó en 1845 y 15 años después surgió el Círculo de Artesanos. Con la llegada del siglo XX nacieron las sociedades La Unión, en San Antonio, y José Martí en Vereda Nueva. Las instituciones de instrucción y recreo se convirtieron en centros realizadores de actividades bailables, amenizadas por unidades artísticas locales y de la capital.

Las orquestas de los hermanos Valenzuela y la de Antonio María Romeu tuvieron fuertes vínculos con la Villa del Ariguanabo. Ocasionalmente se le daba connotación especial a los bailables. Ejemplo de ello fueron los dedicados a las fiestas patronales; al Día de las Flores, en el mes de mayo; los carnavales o por los aniversarios de instituciones locales o efemérides nacionales.

Para conmemorar el natalicio de José Martí, la sociedad de igual nombre de Vereda Nueva organizó, en 1929, una gran celebración, amenizada por la Orquesta del Señor González y el Sexteto Habanero. Con el desarrollo de agrupaciones obreras comenzaron a efectuarse bailes de gremios. La Sonora Matancera, el Conjunto de Arsenio Rodríguez y las orquestas de Belisario López y Arcaño y sus maravillas se presentaron varias veces en San Antonio de los Baños y sus alrededores.

Se desarrollaron también los llamados bailes de bandos. Entre 1952 y 1953 se realizaron los bailes de las Camisas Raras, organizado por el Círculo de Artesanos, y de Las Guayaberas, a cargo de la Sociedad La Luz. En ese contexto pasaron por escenarios de la localidad las mejores orquestas del país, entre ellas el Conjunto Casino y la Orquesta Cosmopólita.

Durante los años 1861 y 1862 se publicó en San Antonio de los Baños el periódico El Ariguanabo, bajo la dirección del cajista Evaristo Valdés. Aunque su creador era natural de la localidad, se editaba en la villa de Guanajay. En el ejemplar del 13 de mayo de 1883 se presentaba como un semanario de conocimientos e intereses generales. Fue su director Julio Rosas, seudónimo de Francisco Puig y de la Puente. Juan Cantalapiedra y José Ramos Bello fueron sus redactores en ese momento. Entre sus colaboradores estaban Joaquín Nicolás Aramburu, Francisco Calcagno, José Antonio Cortina, José Fornaris, Saturnino Martínez, José de Jesús Márquez y Vicente Silveira.

En julio de 1883 comenzó su segunda época como periódico semanal consagrado a la defensa de los intereses morales y materiales de San Antonio. Dirigido entonces por Francisco J. Daniel, comenzó a editarse primero en la localidad y luego en La Habana, pues Castor Labreda mudó su imprenta para la capital del país. Aparecieron en las páginas de El Ariguanabo, además de noticias y artículos de interés estrictamente local, poesías y cuentos de autores del propio pueblo. Colaboraron Luis Victoriano Betancourt, Carlos Saladrigas, Victoriano Hernández, Agapito López y Manuel Dorado, entre otros. Después de 3 años de ausencia, en 1886, El Ariguanabo salió nuevamente a las calles para seguir marcando el ritmo de la vida en la villa de San Antonio de los Baños.

Según se tiene noticias don Juan Claudio Díaz fue el primer maestro que ejerció en San Antonio de los Baños. Desde antes de 1821 se desempeñaba como maestro de la única escuela existente en la Villa. En 1837 fundó en La Habana, el Real Colegio Cubano, uno de los de mayor crédito de su época. Tres años después promovió el establecimiento de las Escuelas Normales para Maestros, siendo director de ellas.

Por orientación de Francisco de Arango y Parreño, viajó a Güines para aprender el método lancasteriano y aplicarlo en el colegio ariguanabense. Junto a don Esteban de Navea y Manterola escribió un texto de Gramática Elemental y un Tratado de Aritmética Elemental. Dedicado siempre a la docencia, la muerte lo sorprendió en la ciudad de Cienfuegos, el 11 de abril de 1853.

FUENTE: Fichas en poder del autor.