Sobre Dayton Hedges, propietario de la Compañía Textilera de Ariguanabo S.A…


Por: Lic. Alejandro Batista.

El más prominente entre los norteamericanos residentes en Cuba en los años 50 del siglo XX fue Dayton Hedges. Principal empresario textil y uno de los más influyentes y emprendedores industriales, llegó a poseer más de 20 empresas en la Isla.

En la localidad Cayo La Rosa, en Bauta, asentó la más importante fábrica del sector textil y la mayor no azucarera del país, atendiendo al número de trabajadores. Sobre el dueño de lo que fue la Textilera de Ariguanabo y sus herederos, conocerás hoy al acercarnos a nuestras raíces.

Dayton Hedges nació en Long Island, New York, en 1884. Hijo de ganaderos, trabajó en una textilera durante su juventud. Llegó a Cuba en 1919 con su esposa María Elízabeth Mc Cormick y sus dos hijos. Compró el acueducto y la planta eléctrica de San Antonio de los Baños y 11 plantas más que 10 años después, vendió a la Compañía Cubana de Electricidad. En 1927 compró a Miguel Ángel de la Guardia la finca de 90 caballerías Cayo de La Rosa, destinado a frutos menores y ganado hasta que erigió en ella la textilera.

Se convirtió en 1930 en el principal propietario y presidente de la Compañía Litográfica de La Habana y al siguiente año estableció la firma Compañía Textilera de Ariguanabo S.A. La Textilera de Ariguanabo producía hilaza de algodón y de rayón, tejidos planos de algodón y de rayón, así como sacos de algodón para envases. En sus propias instalaciones del Cayo de la Rosa, funcionaba también Estampados Permatex S.A., para la fabricación de tejidos de algodón, rayón y fibras sintéticas.

Dayton Hedges promovió en Cuba el proceso de hilado del algodón e hizo varios intentos para fomentar su cultivo en la Isla. En este empeño no tuvo éxito. El 19 de mayo de 1945 constituyó la Compañía Rayonera de Cuba S.A., aportando el 99 porciento de su capital que ascendía a 10 000 000 de pesos. Ubicada en la ciudad de Matanzas, contaba con 1197 trabajadores y se dedicaba a la producción de hilaza de algodón, de lana y de seda así como de fibra y cuerda de rayón.

Dayton Hedges invirtió también en negocios como la Compañía de Fomento Químico, para la producción de bisulfuro de carbono, y en la Compañía Químico Comercial de Cuba, productora de ácido sulfúrico. En la localidad pinareña de Paso Real de San Diego adquirió 100 caballerías de tierras destinadas a la ganadería y al cultivo del arroz. En su finca Dayaniguas experimentó la siembra del algodón. En la provincia de Santiago de Cuba estableció Los Almacenes La California. Fue propietario de la urbanizadora Josefita, de la arrocera La Sabana, la minera Yayabo y la Compañía Nacional de Acueductos. Miembro de la directiva del Country Club y de la Junta Directiva del Instituto Cultural Cubano-Norteamericano.

Amigo de Fulgencio Batista, le regaló una finca ubicada en la Mulata como agradecimiento a sus múltiples colaboraciones en los negocios. Hedges utilizaba los aviones y aeropuertos de Aerovías Q, propiedad del dictador, para introducir tejidos y textiles de contrabando. En 1957 el Banco para el Desarrollo Económico y Social le prestó la astronómica suma de 16 500 000 pesos para resolver las dificultades económicas que presentaba para ese entonces.

Dayton Hedges ubicó a sus dos hijos al frente de las firmas principales de la familia. Burke Hedges llegó a ser presidente de la textilera y embajador del gobierno de Batista en Perú y Brasil. Fue de los pocos que estuvo con el dictador cuando el 10 de marzo de 1952 dio su tercer golpe de Estado.

James Dayton Hedges, el segundo hijo, fue presidente de la rayonera y tuvo otros intereses adicionales a los familiares. Fue propietario de una compañía de transporte de carga por carretera, de una arrendataria minera y de una aseguradora. Residía en Alturas de Miramar, contrajo matrimonio en 2 ocasiones y tuvo 3 hijos. Fue electo presidente de la Asociación Nacional de Industriales de Cuba, en enero de 1943, y director de la Cámara de Comercio Americana de Cuba. Se desempeñó como asesor técnico del gobierno cubano en la Conferencia de Aranceles, que tuvo lugar en Ginebra en 1947.

FUENTE: Los propietarios de Cuba 1958, de Guillermo Jiménez.