Los cultivos organopónicos o simplemente, organopónicos son un sistema de cultivo ecológico y son paredes bajas de hormigón rellenadas de materia y tierra, con surcos para riego por goteo situados sobre los productos en crecimiento.

Hoy forman parte del programa para el desarrollo de la Ley de Soberanía Alimentaria y Seguridad Alimentaria y Nutricional, aprobada por el Parlamento Cubano.

En la actualidad, el programa ocupa más de dos millones de hectáreas de tierras cultivables y administra 147 000 fincas suburbanas.

Su principio fundamental ha sido la producción sostenible de alimentos sobre bases agroecológicas, sin embargo en el Ariguanabo ya no ofrecen la fuerza de antes, en años anteriores, fueron puntales en la venta de hortalizas frescas y con  calidad.

El pasado año cerró con la sustitución de importaciones de seis cultivos (habichuela, lechuga, pepino, quimbombó, acelga, y rabanito), pues las semillas ya se está obtienen en fincas y productores locales”.

Pero sigo con la duda de las razones por las que hoy no se menciona como antes y no veo ningún punto de análisis sobre este proceso y cultivo.

He leído en algunas publicaciones que los organopónicos pueden guardar semillas de sus cultivos para abaratar los costos, pero sus esfuerzos no son suficientes.

Variedades como la col china, la remolacha y la zanahoria dependen de importaciones esporádicas, pero otros, realizan contratos con la Empresa de Semillas, y la Agricultura Urbana.

Aquí lo que sí se nota es la poca venta, ya sea por los cultivos, insumos, combustibles o…voluntad, y me quedo con esta última, porque en realidad falta y mucho.

Lo cierto es que, para un Programa que aporta productos tan demandados por la población, y que cuenta con gente dispuesta a hacerlos producir, urge crear estrategias eficientes para lograr la contratación de fuerza de trabajo, abaratar costos y sellar «grietas» que hoy impiden que en la mesa familiar haya más presencia de hortalizas.

Sería sabio revisar hasta dónde pueden llegar para rescatar esa ventas de antaño, a pesar de las carencias que conocemos.

Si enseñamos a los niños a consumir las verduras y hortalizas, los organopónicos bien puedieran ser el mejor de los ejemplos.

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