Trinidad y Hermanos

La primera creación de Trinidad y Hermanos fue el cigarro conocido como Panetelas…


Por: Lic. Alejandro Batista Martínez

Los hermanos Trinidad Velasco eran cuatro: Ramón, Diego, Amado y José. Nacieron en la finca El Purial, a unos 6 kilómetros de La Esperanza, pequeño pueblo situado en el centro de la provincia de Las Villas.

Al comenzar la Guerra de Independencia en 1895, la familia se mudó para Santa Clara y como el negocio del padre era la venta de tabaco, desde allí salían a caballo cargados de cigarros marca Cabañas y de algún tabaco, para venderlos en la zona. Como el negocio en esa zona les iba muy bien, el padre decidió mudarse para Ranchuelo.

Laureano Reyes tenía una tabaquería en la calle Santa Rosa con 8 tabaqueros y determinó venderles el negocio a los Trinidad. Al lado de la tabaquería abrieron un taller de despalillo y escogida, empleando para el trabajo mujeres y jovencitos. Así los nuevos propietarios fueron progresando y el negocio adquirió un rápido desarrollo.

Los hermanos Trinidad junto a su padre, se iniciaron en la industria tabacalera con la fundación en 1905 de una fábrica que fue paralizada como consecuencia de la crisis financiera y bancaria de 1920.

Después de este fracaso fundaron el 2 de mayo de 1921 la empresa que les haría ricos. Trinidad y Hermanos originalmente se situó en una casa frente a la estación del ferrocarril, donde funcionaba un pequeño taller de tabaco.

Con el tiempo y las inversiones realizadas por sus dueños la producción fue aumentando hasta estar en condiciones, un año después, de trasladarse al local que ocuparon definitivamente.

Fue la única fábrica ubicada en el interior del país que logró sobrevivir y ello constituía un caso inusitado de éxito comercial vertiginoso. Desde los años de 1930, poco después de su fundación, fueron la mayor productora al destronar a la Henry Clay & Bock Company Ltd junto con la cual, producía la mitad del total.

La firma Trinidad y Hermanos ocupó el lugar número 14 de las fábricas no azucareras y por el número de trabajadores se ubicó en el puesto número 11. De la inteligencia, el espíritu emprendedor, la decisión y el trabajo de los hermanos Trinidad Velasco, al impulso de energías nacidas de un desastre económico que tan profundas huellas dejó en la Isla, nació esta industria.

La bancarrota colectiva en la que se sumió el país imposibilitó dar salida a las grandes cantidades de tabaco en rama para las que no existían compradores.

Fue entonces cuando Ramón y Diego Trinidad Velasco concibieron la idea de convertir aquel tabaco en cigarrillos. Se lanzaron con tenacidad y audacia en el momento en la industria cigarrera, dominada por los norteamericanos, había desplazado a peninsulares y cubanos.

Para 1958 la firma Trinidad y Hermanos fue superada en su producción por la compañía Hijos de Domingo Méndez Martínez, ocupando el segundo lugar, con el 20 porciento de la producción total.

La primera creación de Trinidad y Hermanos fue el cigarro conocido como Panetelas. Estos lograron rápidamente su primer buen éxito en Cienfuegos, admitidos y demandados por los fumadores, hasta el punto de que, al cabo de pocos meses, su consumo superaba al de todas las otras marcas. P

Desde entonces supieron los hermanos Ramón y Diego Trinidad Velasco imponer sus productos en una lucha leal con las armas legítimas de producción mayor y cada vez más asegurada la perfección.

A sus Panetelas luego añadieron los Exquisitos, cuya unánime aceptación los hicieron famosos por la insuperable calidad diariamente comprobada, saboreada y elogiada por miles de fumadores expertos.

La fábrica con el paso de los años tuvo los mejores elementos y la más eficaz y eficiente maquinaria. A principio de la década de 1950 se instaló un equipo electrónico de depuración integral del tabaco, el único existente en Cuba.