Por: Alejandro Batista Martínez
FUENTE: Apuntes para la historia de San Antonio Abad o de los Baños, de José Rafael Lauzán.
El sinsonte de Govea, José Marichal, dedicó sus décimas al río Ariguanabo.
“Dejas en tu recorrido
a través de tierras buenas
las amplias despensas llenas
de aquel que te ha comprendido.
La admiración has tenido
de nativos y de extraños,
y al decursar de los años,
por tu concurso valioso,
se va haciendo más famoso
San Antonio de los Baños”.
Sobre los puentes que permiten el paso sobre el río Ariguanabo, le acercaremos en este encuentro con nuestras raíces.
Las gestiones para la construcción del puente de la calle Real se iniciaron en la sesión del Cabildo del 6 de mayo de 1796. Después de vencer algunos obstáculos se abrió una suscripción popular para su ejecución.
El ingeniero Francisco Leumour con cien pesos y el ofrecimiento de levantar los planos y dirigir la obra, estuvo entre los primeros contribuyentes.
Pocos días después de iniciada la colecta se habían recaudado más de 800 pesos.
Ante la fácil recolección se pensó hacerlo de piedra en lugar de madera como fue la primera idea. Se necesitaban entonces 4 500 pesos.
Pasó algún tiempo, hasta que en sesión del 30 de enero de 1801 el Cabildo acordó dirigirse a los señores Prior y miembros del Real Consulado, pidiéndole anticipar los fondos con carácter devolutivo para la construcción de dicho puente.
Resuelta favorablemente la solicitud financiera, quedó iniciada la construcción del puente sobre la calle Real en los primeros meses de 1803.
La obra estuvo terminada el 6 de mayo del propio año. Fue recibida por el Cabildo y el Gobierno Superior Civil, después del examen pericial del ingeniero teniente coronel Agustín de Ibarra, en medio de un cortejo popular, el día 27 de mayo de 1803.
La avenida 39 recibió el nombre de Máximo Gómez y antes fue conocida como San Miguel.
Sobre la fecha de construcción del puente que permite el paso por esta calle existió siempre cierta confusión.
Se decía había ocurrido en 1828, pero el historiador José Rafael Lauzán reveló lo contrario.
En la sesión del Cabildo del 20 de febrero de 1829, el síndico Ambrosio Aragón manifestó que muchos vecinos habían ofrecido contribuir con dinero y materiales para hacer ese puente.
Ese día se acordó abrir la colecta, nombrándose al Marqués de Monte Hermoso y al Regidor, Don Rafael Cepero, para gestionar lo necesario y recolectar las cantidades que serían depositadas en poder de Luis Espinosa.
En 1830 nada se había hecho a pesar de haber en depósito quinientos pesos, promoviéndose nuevamente la gestión en febrero de ese año.
En la nueva colecta se recaudaron setecientos pesos más, lo que permitió iniciar definitivamente la construcción.
El puente sobre la calle Máximo Gómez fue terminado y recibido por el Ayuntamiento, en sesión del 9 de septiembre de 1831.
En nuestro recorrido histórico por los puentes de San Antonio llegamos hasta la avenida 37, identificada en la etapa republicana con el nombre de Juan Delgado.
El puente que permite el paso por esta arteria citadina se financió por suscripción popular, cuando todavía era conocida como la calle Santa Bárbara.
Su construcción se inició en 1831 y fue terminado al año siguiente. Edificado de madera con vistosas barandas, su costo total ascendió a 1181 pesos con 4 reales.
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