Reacción en cadena

Tras el anuncio oficial del nuevo costo de los combustibles, comenzó, una vez más, la escalada en los precios, como reacción en cadena.El cálculo del incremento ronda en un 500 %. Algunos servicios como el gas licuado y la electricidad aumentaron en el orden del 25%, el transporte, alrededor de 180%.

Sin ser expertos en el tema, la lógica indica que las medidas económicas constituyen caldo de cultivo a la inflación que vivimos los cubanos desde el año 2021. Las modificaciones en las tarifas, sin lugar a dudas, generan más presión sobre los bolsillos de las familias cubanas.

Ya hace varios días marcó la arrancada de una etapa de muchas interrogantes que nos ponen a pensar.

¿Mi salario alcanzará para el costo de los servicios básicos, dígase agua, electricidad, gas, los productos de la canasta familiar normada y aquellos que expenden de forma liberada-controlada? ¿Cuánto más subirán los precios de los productos agropecuarios? ¿Es preferible que haya productos con elevados precios o que no haya oferta en el mercado? ¿El sector privado será el único responsable de los altos precios?

Las incógnitas salen a la luz una y otra vez en las mentes de no pocas personas, que ante los desafíos parecen quedar sin respuesta, por el momento. La incertidumbre nos carcome.

Ya siente en carne propia que aún no es la fecha en la que se aplicarán las medidas y ya se saca del bolsillo 250 pesos días a precio privado, unas subieron a 200 y hasta 250. El tomate de 40 que se veían algunos por ahí, ascendieron entre 70 y 80. Por supuesto que no todos, pero me temo que sí la mayoría. Lo que de seguro no queda claro es que una cosa no tiene que ver con la otra. Lo mismo sucede con otros productos como aseo y útiles del hogar.

Es lamentable sentir que la inflación es una reacción en cadena, un efecto dominó que rasga la piel, las manos, la cara y el bolsillo de quien trabaja y duro. Demás está decir que es más del 80 por ciento de las personas, trabajen con el Estado o no.

Pero como buenos samaritanos que somos, aspiramos a que el control, el conocimiento, la sapiencia – ojo con esto-, sea el primero en lograr el equilibrio. Sabemos que no es total -pero sí parcial- sostenga al menos y logre proyectos el autoabastecimiento y el desarrollo local, que tanta falta nos hace, para que con el concurso podamos frenar la inflación, tarea pendiente de todos los gobiernos locales.

Carmen Lieng Mena Lombillo
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