– ¡ Tienes que parar!, que Facebook no te paga por eso- escuché que le decían a mi prima Gertrudis … y considero que esa persona tenía toda la razón.
Hace varios días que en la fotos publicadas en el perfil de la famosa red social, Gertrudis está irreconocible, luce rejuvenecida y posa ataviada con indumentarias futuristas, de ejecutiva, como princesa, como una feliz embarazada, posando sobre pasarelas de alta moda, recatada como una monja , y hasta como integrante del ejército de los Estados Unidos de América con una sonrisa de embelesamiento.
Observo las imágenes en las cuales resulta visible el principio de control de las mentes, por medio de una propuesta de una nueva identidad, adoctrinada a través de un juego de interacción con un programa de Inteligencia Artificial.
El famoso y aparentemente inofensivo juego comienza a mostrar la capacidad de llevar a la enajenación a las personas que participan, sin tener en cuenta la presencia de un extraño efecto: el sueño de ser alguien diferente.
– ¡ Se acabaron las viejas en Facebook! – expresa un simpático meme. El primer impulso es reír, pero una mirada más profunda permite ver el impacto, principalmente entre las mujeres. Y no es casual. Las féminas son la mayor parte de la población mundial y las principales consumidoras de modas y productos.
Los libros y películas de ciencia-ficción condicionaron mi temor a la inteligencia artificial y el dominio que puede ejercer sobre los seres humanos. Hoy, considero que el peligro no acecha, es real. Es preocupante que la Inteligencia Artificial imponga valores y cánones de belleza en las mentes de millones de individuos que caen en las redes del internet en estos juegos.
Cada día la adicción al juego cobra nuevas víctimas, sobre todo en los tembas (como decimos los cubanos a las personas mayores de 40 años) quizás por el momento de la vida en que llegó la tecnología, tal vez porque todos queremos vernos jóvenes y hermosos o simplemente porque el jueguito está entretenido.
Quizás muchos piensen: ¡ Cómo si ella no jugara! Pues confieso que sí, claro que lo he jugado y mi intensión está muy lejos de criticar a quienes lo hacen, aunque sí me gustaría alertar acerca de los límites. La diferencia está en los límites, pues no se engañe amigo oyente, ese tiempo que dedicamos a transformarnos en alguien que no somos, estamos siendo manipulados por la Inteligencia Artificial, eso sin hablar del acceso que le damos a nuestras fotos e información personal.
Por eso: apague el celular, mírese al espejo, agradezca a la vida por cada arruga y cada marca en su piel . Alégrese por cada meta lograda. Ahora, justo cuando ha comido la mitad de su vida a bocados grandes y con prisas, encontrará las ganas de saborear lentamente todo el azúcar y la sal de los días que tiene por delante. Dicen que la vida comienza a los cincuenta, disfrútela, pero lejos de las plataformas de la Internet.
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