Preservar los derechos

Aunque parezca  increíble, el Plan de Prevención contra el Maltrato, a nivel de país, el pasado año arrojó que más de 15 mil niñas y adolescentes han sido abusados en Cuba, atendiendo a los datos contenidos en estos informes.

Pero podemos intuir que no son todos; lamentablemente, todavía hechos de tal naturaleza son ocultados por una mezcla de circunstancias que van desde las amenazas, el efecto de la revictimización, el ajusticiamiento por cuenta propia o el silencio cómplice.

De acuerdo al Anuario Estadístico de Salud, edición de 2020, entre 2019 y 2020 fallecieron en Cuba 44 niños, niñas y adolescentes (con edades comprendidas entre 5 y 18 años), por lesiones autoinfligidas intencionalmente (suicidio). No se puede establecer una relación directa con hechos de violencia, pero los investigadores identifican el maltrato infantil intrafamiliar (incluida la violencia sexual) como “el principal factor desencadenante”  y a ello se suma igual el bulling, la violencia escolar.

El  abuso lascivo, el acoso sexual y la violación, también existe aquí, en San Antonio de los Baños. Siempre insistimos en que no se puede juzgar a la red escolar por lo sucedido en una escuela, más sí creemos que la alerta es válida para todas, por cuanto no se puede ceder en ese preciado bien que es la seguridad.

A mi juicio, se observa en torno a estos hechos; tantos cuestionamientos a instituciones como la familia, la comunidad, la escuela, el orden interior; tantos reproches. Pero antes, durante y después, lo más importante es la integridad de las víctimas y la lección que como sociedad saquemos: la violencia en cualquiera de sus manifestaciones es intolerable.Así lo propone el proyecto de Código de las Familias que se aprobó para beneplácito de todos, pero que aún la mayoría no interioriza el nivel de importancia y capacidad que tiene para todas las familias.

La violencia infantil afecta a la escuela en Cuba y en particular las relaciones interpersonales entre adolescentes, sin embargo hay que reconocer que la problemática de la violencia escolar es un tema insuficientemente abordado en la literatura nacional y las que abordan el tema del acoso escolar son casi incipientes.

Es por ello que dificulta realizar comparaciones sobre la prevalencia y magnitud del acoso escolar en Cuba en relación con otros países. No obstante, las características del proyecto social cubano y del sistema educativo posibilitan afirmar que Cuba se encuentra en condiciones para su prevención.

Las formas de violencia identificadas por el estudiantado fueron fundamentalmente la gestual, verbal y física. Se identifican como lugares de riesgos, el aula, los espacios de recreos y los baños. Se constata que en situaciones de violencia los miembros del estudiantado implicados ocupan diferentes roles y son las féminas las que refieren ser más victimizadas, lo cual pudo estar marcado por la educación que reciben los varones sobre no emitir determinados criterios que pondrían en entredicho su rol de género.

Interioricemos este comentario, una gran reflexión; tanto niños, como niñas, adolescentes y jóvenes tienen derechos que los respalda, les corresponde a los adultos tomar de la mano y preservar esos derechos.

Carmen Lieng Mena Lombillo
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