Uno mambí, el otro guerrillero, llegaron a este mundo con 83 años de diferencia primero Maceo y luego Ernesto, el Che, dos nacimientos un 14 de junio, de esos seres que dejaron una huella indeleble en la historia y el pueblo de Cuba.
Una coincidencia inexplicable de la vida, pero que nos enorgullece, pues ambos a pesar de la distancia en el tiempo fueron forjados en el mismo ideal independentista y revolucionario.
Tanto Antonio Maceo como Ernesto Guevara tenían actitudes y valores patrióticos, guiados por un mismo deseo desenfrenado de libertad, de constante lucha por la patria.
Ambos fueron padres y tuvieron responsabilidades familiares, de las cuales en muchas ocasiones se alejaron por sus compromisos con el pueblo.
De Maceo se promedia más de 600 acciones combativas y un cuerpo marcado por 26 cicatrices de guerra más la convicción de morir por la causa independentista al decir:
«Quien intente apropiarse de Cuba, recogerá el polvo de su suelo anegado en sangre, sino perece en la lucha.»
Del mismo modo el Che murió en combate, herido y sin balas fue asesinado, aún así ante aquel soldado se puso de pie firme y le dijo:
«Dispara que aquí hay un hombre.»
Ambos Héroes dejaron un legado duradero, vigente hasta hoy, lleno de valores patrióticos y de amor al pueblo y su libertad.
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