La iglesia veredana (Primera parte)

Abierta al culto el 15 de mayo de 1806, bajo la advocación de Nuestra Señora del Pilar, la iglesia de Vereda Nueva se levantó en el solar cedido por el presbítero Felipe Merlo, propietario de algunos terrenos del pueblo. Este edificio de forma rectangular, constituye un símbolo distintivo de Vereda Nueva. A rememorar los 217 años de historia de dicha iglesia, reliquia del orden eclesiástico nacional, dedicamos este encuentro de hoy con nuestras raíces.

Este edificio, de forma rectangular, con techos de tejas sostenido por altos y macizos muros de mampostería, el templo católico de Vereda Nueva dispone de 4 puertas. Corresponde una a la fachada, frente al parque, otra al costado derecho y las 2 restantes al izquierdo. La más pequeña de las puertas da a la sacristía, mientras que las 3 primeras comunican directamente con la única nave que tiene la iglesia.

Durante la primera mitad del siglo 19 el templo careció de campanario y las dos campanas que poseía, colgaban próximas a la entrada principal. Este particular llamó la atención de Cirilo Villaverde, en 1839, cuando en viaje hacia Vuelta Abajo pasó por el poblado en compañía del pintor francés Alejandro Moureau de Jones y el presbítero Francisco Ruiz, catedrático del Seminario San Carlos y San Ambrosio.

Refiriéndose a las condiciones constructivas de la iglesia de Vereda Nueva, en su Excursión a Vuelta Abajo, Villaverde apuntó: “Su iglesia… es capaz para la escasa población… pero carece de campanario y las campanas cuelgan a la intemperie en una horca fronteriza a la puerta principal”. No existen noticias, hasta ahora, de que persona alguna haya hecho donativos para la construcción de esta casa de Dios, iniciada en 1799 y cuya larga demora en ser terminada hace suponer que el dinero empleado para edificarla fue recaudado entre la feligresía de la localidad.

El terreno que rodea la iglesia veredana, al principio estuvo cercado con una elevada tapia y dentro de su recinto, conforme a una antigua costumbre de la época, se daba sepultura a los cadáveres. Tan antihigiénica práctica fue abolida por el Gobierno Superior Civil de la Isla años después, cuando, en post de la salud pública, se ordenó la construcción de los cementerios en las afueras de las poblaciones.

El interior de la iglesia, con cabida para unas 300 personas, es sencillo cual compete a un lugar consagrado al rezo y la meditación. Este edificio posee un diseño de origen alemán, como pocos existentes en Cuba y América. Al ser observado atentamente, da la impresión de haber sido construido como templo y como fortaleza o lugar de refugio en casos de huracanes o ataques enemigos. El grosor de sus paredes así lo hace presumir.

Su singular torre, que por su altura se divisa desde cualquier punto de la geografía veredana, fue construida en 1857. Esta fecha se perpetúa en una placa empotrada en la torre de la iglesia, en la que se consigna que la obra fue realizada bajo el gobierno del General Don José de la Concha. Sin duda alguna, la arquitectura del templo católico de la localidad de Vereda Nueva es particularmente interesante. CONTINUARÁ…

Lic. Alejandro Batista.