Haydée Santamaría: donde la luz no olvida a sus guerreros

Conocida también como Yeyé, Haydée Santamaría nació en Encrucijada, provincia de Villa Clara, el 30 de diciembre de 1922.


Por: Lic. Alejandro Batista.

Participó junto a su hermano Abel en el asalto al cuartel Moncada el 26 de julio de 1953 y fue una de las encargadas de sacar de la cárcel de forma clandestina y publicar el célebre alegato de Fidel Castro La historia me absolverá.

Tras los sucesos del asalto fue hecha prisionera por la dictadura. Más tarde integró las filas del Movimiento 26 de Julio y participó como combatiente en la lucha guerrillera. Sobre la Heroína del Moncada Haydée Santamaría Cuadrado, conocerás en la sección Nuestra Historia.

La lucha revolucionaria forjó una sólida amistad entre las heroínas Vilma Espín Guillois y Haydée Santamaría Cuadrado. Un día invernal, divisando el mar erizado sobre el cual caían ruidosos relámpagos, Haydée Santamaría le dijo a alguien que había llegado muy triste a verla: “De esos rayos de luz que matan algún día sacaremos corriente”. Como si las palabras fueran mágicas, al poco rato el visitante tomó la guitarra que le acompañaba y comenzó a obrar el misterio de la música.

Ante el imponente espectáculo de la naturaleza, la tristeza se fue disipando hasta quitarle total sentido a la angustia, hasta dejar en el aire cierta sensación de felicidad. Se pronuncia el nombre de Haydée y al instante se desatan los gestos admirativos y discurren las anécdotas más diversas, todas emotivas.

Entre cubanos, evocar su leyenda casi siempre desemboca en frases que nada tienen que ver con la mesura o con los límites, lo encartonado, lo quieto, lo gris. Ella era lo tremendo y lo profundo.

Para que la imaginemos bien intentemos integrar la independencia de una Madame Bovary en la pureza de Juana de Arco, una pureza expresada en el compromiso frontal, arraigado y único de la revolución de Fidel Castro. Esta Revolución que entró por la estrecha puerta del apartamento de 25 y O, en el Vedado capitalino, fue la razón de toda su existencia.

En abril de 1959 Haydée Santamaría Cuadrado fundó la Casa de las Américas, institución cultural que acogería a los intelectuales más importantes del mundo que apoyaban a la Revolución cubana. Integró el Comité Central del Partido Comunista de Cuba y la presidencia de la Organización Latinoamericana de Solidaridad. Muchos seres valiosos, que gravitaron en su descomunal sensibilidad, conoció Haydée en su trayectoria de revolucionaria.

Celia Sánchez Manduley tuvo para ella un significado especial. Su muerte la afectó profundamente. Era la misma sensación de pérdida de cuando le tocó vivir la caída de los muchachos que fueron al Moncada, o la de ese combatiente tan serio, de tanta altura del alma, que fue Frank País, o el asesinato del Che, a quien le escribió una carta después de los sucesos, como si él todavía respirase.

El mismo año en que murió Celia, Haydée emprendió su viaje a lo eterno. Lo hizo en el instante elegido y del modo elegido. El 28 de julio de 1980, tras estremecedores recuerdos que siempre la acompañaron a flor de piel, fallecía una de las Heroínas del Moncada a causa de un disparo propio. Culminaba así una vida intensa y apasionada, de amor infinito a la Revolución.

En versos inolvidables y desbordados de humanidad, la poetisa Fina García-Marruz escribió en agosto de 1980 sobre Haydée Santamaría:

“Pónganle a la suicida una hoja en la sien,

Una siempreviva en el hueco del cuello.

Cúbranla con flores, como a Ofelia.

Los que la amaron se han quedado huérfanos.

Cúbranla con la ternura de las lágrimas.

Vuélvanse rocío que refresque su duelo.

Y si la piedad de las flores no bastase

Díganle al oído que todo ha sido un sueño.

Ríndanle honores como a una valiente

Que perdió solo su última batalla.

No se quede en su hora inconsolable.

Sus hechos, no vayan al olvido de la hierba.

Que sean recogidos, uno a uno

Allí donde la luz no olvida a sus guerreros.

FUENTE: Boletín Revolución, de la Oficina de Asuntos Históricos, diciembre de 2012.