Eterno recuerdo a la memoria de Conrado Benítez

El 5 de enero de 1961, Conrado Benítez y Eleodoro Rodríguez fueron asesinados.


Por: Rocicler Quiñones.

Conrado Benítez García nació en el barrio de Pueblo Nuevo, en Matanzas. De origen humilde, tuvo que combinar su asistencia a la escuela primaria con el oficio de limpiabotas, hasta que el triunfo revolucionario de 1959 cambió su destino.

Se formó como maestro voluntario en Minas de Frío, en la Sierra Maestra, junto a miles de jóvenes más que llevarían la luz de la enseñanza a todo el país.

El noble proyecto de la Campaña de Alfabetización comenzó en la Isla y Conrado Benítez formaba parte de esa honrosa tarea, que fue saboteada por bandas de alzados con el propósito de impedir su desarrollo, sobre todo en el Escambray.

Al terminar su preparación como maestro, Benítez García fue ubicado en Sierra Reunión, en la zona de Tinajitas, un lugar muy aislado. El muchacho fue acogido por el campesino combatiente del Ejército Rebelde Eleodoro Rodríguez Linares.

Junto a los vecinos de la zona acondicionó un aula en un local de madera y allí alternaba las clases de los niños por el día con las de los adultos por las noches a la luz de su farol.

El 4 de enero de 1961 fue trasladado por una banda de alzados, junto a Eleodoro Rodríguez, al campamento del cabecilla Orlando Ramírez. El 5 de enero, fueron torturados y asesinados.

Aquel horrendo crimen indignó al pueblo cubano, que no renunció al propósito de realizar la Campaña Nacional de a Alfabetización. Miles de jóvenes contemporáneos de aquel maestro, incluso del territorio ariguanabense, integraron la brigada con el nombre de Conrado Benítez, y siguieron su lucha contra el analfabetismo.

Fue así como el 22 de diciembre de 1961, culminó con éxito en Cuba la fase inicial de la Campaña de Alfabetización, mediante la que aprendieron a leer y escribir casi un millón de cubanos.

Hoy en las montañas cercanas a Trinidad, un monumento rinde tributo al joven Conrado Benítez, como eterno recuerdo a su memoria.