Una serie de medidas encaminadas a reactivar y dinamizar la economía en el país, son temas que salen a relucir en varios escenarios, ante las difíciles condiciones impuestas a nivel internacional.

La agricultura- sector altamente perjudicado- busca maximizar la producción de alimentos, una prioridad de las autoridades para garantizar la seguridad alimentaria de cada ciudadano. Un derecho refrendado en la Constitución.

La Asociación Nacional de Agricultores Pequeños ANAP en su condición de organización política ideológica, acompaña al campesinado cubano en el deber de producir para el pueblo.

Se dispone hoy que las bases productivas, con renglones fundamentales como la leche, la carne, los cultivos varios y las hortalizas, trabajen por estas demandas.

Pero todavía el efecto no se materializa en asuntos como la entrega de leche, la variabilidad de productos, calidad, cantidad, además del cumplimiento de los planes de producción, ratificado y contratos, ratificado por la presidenta provincial de la Asociación Nacional de Agricultores Pequeños (ANAP).

Opino que se hace necesario prestarle la debida atención a los análisis que se realizan en las organizaciones de base partidistas, las que en una parte considerable, no ejercen la debida influencia, seguimiento y control a los planes de producción.

También es máxima responsabilidad controlar cada uno de estos planes, donde el idioma debe ser único y claro, para que no existan el fallo, las dudas y el descontrol.

La máxima dirección del país, llama, además, a la necesidad de incentivar la producción para aportar más a la alimentación del pueblo y a la economía, a aprovechar al máximo el fondo de tierra en las áreas de secado y bajo riego, a buscar alternativas y ahorrar los recursos de que disponemos, a avanzar en el autoabastecimiento territorial, con el uso de la tracción animal y la diversificación de los cultivos.

En el llamamiento a sus asociados, la ANAP expresa lo estratégico de incentivar la producción de frijoles, maíz, viandas, frutas y hortalizas.

Siempre el campesino ha sido serio y sabio en la siembra, acompañarlos más, desatar nudos, escucharlos y trabajar junto a ellos, desde la posición que le compete a cada cual, es un escalón a subir. Tal vez, así se llegue a una mejor producción que tanta falta hace en este territorio de suelo fértil.

Carmen Lieng Mena Lombillo
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