Cuba siempre ha abogado por el respeto a la dignidad humana como valor supremo que sustenta el reconocimiento y ejercicio de los derechos y deberes de todas las personas; tanto es así, que desde la Carta Magna parten las bases para las regulaciones que favorecen el desarrollo pleno de las personas incluso en situaciones de discapacidad.

En tal sentido, nuestro país defiende dos valores esenciales: el de libertad, que se expresa en la autonomía de las personas para tomar sus propias decisiones en la vida personal, y el de igualdad y no discriminación, principios que ya estaban presentes en la Constitución de 1976, pero que se amplían en la de 2019, pues el Artículo 42 señala, expresamente, que las personas no pueden ser objeto de discriminación, entre otras razones, por su situación de discapacidad y el 89 refuerza este principio, y aclara que gozan de iguales derechos que el resto de la población en sentido general; en tanto, el Estado, la familia y la sociedad deben trabajar para lograr su inclusión social y el libre desarrollo de su personalidad. En el municipio existe la Escuela Especial 17 de Abril y la Escuela de Oficios José Maceo que atiende a niños y jóvenes con discapacidad intelectual en cualquiera de sus modalidades, con el objetivo esencial de prepararlos para la inclusión en la sociedad, ya sea desde un oficio o con el simple hecho de que puedan valerse por sí solos, incluso en las tareas del hogar.

También contamos con el taller Primero de Enero que les brinda posibilidad de empleo a personas con limitaciones físico-motoras, visuales o auditivas, pero además ellos cuentan con sus organizaciones que los representan en función de defender esos derechos y ayuda en medida de lo posible el alcance de los medios que requieren, según la discapacidad.

Aún así, existe la necesidad de incrementar la cultura en la población, en lo cual juegan un papel importante las redes sociales, los medios de comunicación, y que nunca se vea a esos individuos con una mirada compasiva, tolerante, sino como seres humanos incluidos socialmente.

Hay que destruir las barreras y no solo las físicas, sino las sociales y las jurídicas. Ese es el principal reto para todos ya están las normas legales que los amparan.

Es hora que desde la comprensión de su discapacidad lo veamos y sintamos como iguales seres humanos, con derechos sociales y humanos.