El Cha-cha-chá inmortalizó a Jorrín
El creador del Cha-cha-chá, Enrique Jorrín, supo que no iba a morir nunca cuando creó este género musical.
Convencido que un día como hoy, pero del año 1987, solo desaparecería físicamente; y es que el Cha-cha-chá quedó pegado a la historia musical de Cuba, su ritmo y sonido se mantienen llenos de vida y energía.
Los temas La engañadora, El alardoso, El túnel, Nada para tí, Osiris y Me muero, fueron composiciones de su autoría que tocaron las estrellas a partir de 195. También se destacaron los danzones como Hilda, Liceo del Pilar, Central Constancia; de su período de transición se destacan Unión Cienfueguera, Doña Olga, Silver Star.
En 1954 Jorrín fundó la orquesta que llevó su nombre y un año después partió hacia México con aquel ritmo que arrebató de igual forma en el continente y que su creador denominó Cha-cha-chá, por el sonido de los pasos de los bailadores al arrastrar los pies sobre el piso, que el oído aguzado del músico detectó de inmediato.
Pese a los años transcurridos, el Cha-cha-chá no es género olvidado, ni en Cuba, ni en México, ni en otras latitudes. Cuando se celebraron los 25 años de la aparición del Cha-cha-chá, el maestro Jorrín, recibió en México un disco de oro acreditativo de las ventas de sus números más exitosos.
La muerte lo sorprendió a los 60 años, el 12 de diciembre de 1987, privando a la música cubana de uno de sus compositores más notables. El género creado por Jorrín todavía inunda los salones, mostrando la tradición de este pueblo que se enorgullece de su cultura.
La engañadora, uno de los temas más populares de Enrique Jorrín.
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