Por: Lic. Alejandro Batista Martínez

En marzo de 1941, la Villa Roja vio nacer a Gladys Calderín Milián. Maestra normalista, Doctora en Pedagogía y profesora de Secundaria Básica en las especialidades de Física y Química. Poseedora de la Orden al Mérito Profesional, entregada por la alcaldía de la ciudad de Riberalta, en Bolivia. Recientemente, alcanzó el grado científico de Doctor en Ciencias de la Educación.

Con el triunfo de la Revolución, Gladys Calderín Milián se incorporó, siendo aún estudiante, a dar clases. Soldados del Ejército Rebelde, en el antiguo Cuartel de Guanajay, y niños de una escuela primaria en Artemisa, recibieron de sus manos la luz del conocimiento. Miembro de la Asociación de Jóvenes Rebeldes, presidió la Unión de Pioneros de Cuba en su ciudad natal. Ante el llamado de Fidel para formar 10 000 maestros con el sueldo de 5000, sin dudar dio el paso al frente. Una vez graduada como maestra fue ubicada en Bahía Honda y luego en Cabañas.

Era el año 1960 y con el apoyo de integrantes del programa televisivo Palmas y Cañas, que apadrinaban la escuela, contribuyeron a fabricar tres casas y comprarles zapatos a sus alumnos. Esa formidable labor la realiza alternando con sus estudios en la Universidad de La Habana, en horario nocturno, lo que demuestra su afán de superación constante. En 1961, como brigadista Patria o Muerte, Gladys Calderín Milián alfabetiza a tres personas en Artemisa, a la par que continúa trabajando como maestra y estudiando en La Habana. Luego se incorpora a las brigadas Conrado Benítez, alfabetizando en Cabañas a 8 campesinos y a artilleros del Ejército Rebelde, que se encontraban en la zona ante la amenaza de una agresión por la costa. Fundadora de los Comités de Defensa de la Revolución, de las Milicias Nacionales Revolucionarias y de las Milicias Universitarias, esta maestra es un digno ejemplo de la mujer cubana.

Con el ataque mercenario por Playa Girón, la maestra artemiseña Gladys Calderín Milián realiza guardias y recibe entrenamiento militar. Por su labor como alfabetizadora le otorgan una beca para estudiar Derecho Diplomático, renunciando a esta por considerar que sería más útil dedicándose a la educación.

Reincorporada a la carrera de Pedagogía, asiste al curso nocturno de Profesora de Secundaria Básica, en las especialidades de Física y Química. De los 9 estudiantes de su grupo, solo ella llegó a graduarse. Las huellas educativas de Gladys Calderín Milián quedan en escuelas secundarias de Cabañas, Artemisa y Guanajay, en las que entrenó alumnos para concursos o montó laboratorios rústicos para desarrollar experimentos.

Llegó a ser inspectora provincial de Física y Química en la provincia de Pinar del Río, destacándose como la más joven del país, con solo 22 años. Formó decenas de profesores de ciencias en el Instituto de Superación Educacional. En 1966 pasa a trabajar en la capital del país y 7 años después regresa para Artemisa a laborar en la Filial Pedagógica Camila Henríquez Ureña, de Ceiba del Agua.

Cumple misión internacionalista en la Universidad Nacional Autónoma de Nicaragua, en 1981. A su regreso es nombrada Directora de la Filial Pedagógica Eugenio María de Hostos, de Güira de Melena. De esta etapa de su vida, es significativo el hecho que, por problemas de combustible, se trasladaba diariamente en bicicleta desde Pueblo Nuevo de Ceiba hasta Güira de Melena, difícil recorrido de aproximadamente 30 kilómetros.

Entre los años 2000 y 2004, presta servicios en la Escuela Formadora de Maestros Primarios Vicente Pérez Noa. Con 60 años de labor ininterrumpida en el sector educacional, continúa trabajando en la Universidad de Ciencias Pedagógicas Enrique José Varona.