Este 19 de junio es el Día Internacional para la Eliminación de la Violencia Sexual en los Conflictos.

Nuevos brotes del crimen más antiguo, más silenciado y menos condenado de la guerra: la violencia sexual surgen con los conflictos del orbe.

Este problema ya sea contra mujeres, niñas, hombres o niños, se utiliza como táctica de guerra, tortura y terrorismo en medio de crisis políticas y de seguridad cada vez más profundas agravadas por la militarización y la proliferación ilícita de armamento.

El acoso sexual y la incitación al odio por motivos de género abundan en el espacio digital, a pesar de que el uso de las tecnologías de la información y la comunicación contribuyen al empoderamiento de mujeres y niñas y otros grupos en situación de vulnerabilidad, su empleo también contribuye a la propagación de la violencia.

El discurso de odio basado en el género y la incitación a la violencia, alimentan la violencia para humillar y desestabilizar a determinadas comunidades.

La apología del odio, también en internet, es una de las formas más comunes de difundir una línea divisoria a escala mundial.

La tecnologías de la información y la comunicación pueden utilizarse directamente como herramienta para proferir amenazas digitales e incitar a la violencia de género incluidas las amenazas de violencia física y o sexual, violación, asesinato, comunicaciones en línea no deseadas y acosadoras o incluso, la incitación a otros a dañar físicamente a las mujeres.

Por otro lado, pueden ser una poderosa herramienta para fomentar la igualdad de género y el empoderamiento de las mujeres y las niñas al reforzar su capacidad de adaptación a los tiempos de crisis y prevenir la violencia sexual y de género.

La falta de acceso de las mujeres y las niñas a tecnologías asequibles, accesibles y fiables sigue siendo un grave problema en muchos países.

Urge garantizar un acceso seguro y equitativo a una educación inclusiva y de calidad que incluya la alfabetización digital para todo el mundo.

Debe reforzarse la cooperación internacional para contrarrestar la creciente violencia sexual y de género, el acoso y la incitación al odio que se producen, tanto en línea como fuera de ella, ya que suponen una amenaza real al debilitar la participación de las mujeres y las niñas en la sociedad.

El empoderamiento de cada uno de los seres humanos en nuestra sociedad, sin importar sus condiciones físicas, ni de sexo o raza, refuerzan la idea de que lo más importante es la vida.

 

Dayamí Tabares Pérez
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