Vivimos en un mundo que parece ser cada vez más violento. Se estima que cada año 1,6 millones de personas pierden la vida en algún acto de violencia.

Los tipos más comunes son contra la mujer o de género, violencia racial, religiosa, violencia homofóbica y en menor grado, violencia criminal.

En la mayoría de los casos, las razones predominan por falta de tolerancia y poca comprensión hacia el prójimo.

De entre todos los tipos de violencia, la que ha tenido un repunte en los últimos años es la violencia de género o contra la mujer.

Según las estadísticas, se estima que el 35% de las mujeres que mueren en todo el mundo, lo hicieron por causa de un acto violento propiciado por su pareja o algún miembro de su familia.

Sin embargo, no todo termina en muerte. Muchas féminas son acosadas o violadas alrededor de todo el mundo, insultadas verbalmente y humilladas por sus opresores.

El propósito de las leyes que amparan a las mujeres o castigan cualquier tipo de violencia es educar y concienciar a las personas de que existen caminos pacíficos, con los que se pueden lograr grandes objetivos. Esto fue lo que enseñó Mahatma Gandhi, líder de la independencia de la India a lo largo de su vida.

Seamos voceros del cambio, bien sea difundiendo algún mensaje por las redes sociales o realizando actividades educativas con niños y adolescentes.

En la medida que expliquemos la importancia de la no violencia y su poder, mayor será la probabilidad de vivir en un mundo más pacífico, tolerante y comprensivo.

 

Eleanet Vidal Arteaga