Foto tomada de Internet

Por: Damarys Arissa González-Posada Hierrezuelo

Tras el desembarco de la Brigada mercenaria 2506 por Playa Girón y Paya Larga en la Ciénaga de Zapata, provincia de Matanzas cerca de las 2 de la mañana del día 17 de abril de 1961, la alarma de combate en el país hacía un llamado para todas las Unidades Militares y de las Milicias Nacionales Revolucionarias.

Cuando el batallón 164 de San Antonio de los Baños recibe, en horas de la mañana, la orden de prepararse para partir hacia Playa Girón, un grupo de milicianos reunían antes todo el transporte de carga y de pasajeros del municipio. Para las 12 del medio día ya la tarea había culminado.

Poco antes de partir para Girón: Leonides Sánchez, combatiente fallecido más conocido como El Nene, contó que la multitud del batallón y sus familiares llegaba hasta la cerca de la Super Milk.

Cuando le avisan de que afuera preguntaban por él, asombrado ve a su mamá y hermana llorando. Tratando de calmarlas, llega Cuca, la madre de Ramiro, Generoso y Gonzalo García, tres combatientes más. La dice a su mamá: “María, no llores, tú tienes un hijo ahí dentro y yo, tengo tres. Ahora, hay que ser como Mariana”.

Sin duda alguna, es una anécdota que revela cómo han sido siempre las mujeres ariguanabenses.

La caravana de carros que trasladó al Batallón 164 para Playa Girón estaba compuesta por 2 jeeps y 54 camiones.

Sobre las 3 de la tarde del 17 de abril ya salían los primeros carros. Estos llevaban desplegadas, dos banderas: la cubana y la otra roja, con la hoz y el martillo.

Es necesario destacar la actitud abnegada de muchos milicianos que al estar enfermos y no poder ir junto a sus compañeros, tan pronto se recuperaron, partieron por su cuenta para Girón.

En horas de la noche, el batallón llegó a Jagüey grande.

Allí, hicieron una parada para comprar comestibles y al día siguiente, 18 de abril, sobre las 12 y 30 de la tarde llega el Batallón 164 a la zona de San Blas, localidad categorizada poblacionalmente como batey, perteneciente al municipio Ciénaga de Zapata.

Al instalarse en el lugar, ocurrieron dos encuentros memorables. El primero, fue con un grupo de jóvenes de San Antonio de los Baños que estaban alfabetizando en aquella zona de San Blas, Helechal y Cayo Ramona, y entre ellos estaba el futuro Doctor Francisco Pinto, ya fallecido.

El segundo encuentro fue con el Comandante en Jefe, poco tiempo después. Este, resultó muy estimulante para los milicianos del Batallón 164, al ver a Fidel, en la primera línea de combate, bajo el fuego enemigo y preocupándose por los milicianos.

De esta manera iniciaba una de las misiones más importantes que protagonizaron los combatientes del batallón 164.

Fue la contribución de los hijos del Ariguanabo a la primera derrota del imperialismo en América Latina.