Por: Lázaro Quiribeyro Peña               

¿La edad es un impedimento para el amor y desarrollar la sexualidad? La respuesta es esa que esperas: no es una barrera. Amar no tiene edad, ni fecha de vencimiento. En términos prácticos siempre está naciendo el amor, así que a hacerlo crecer.

Hoy quiero contarles un secreto a voces:  el amor, el afecto y la intimidad son las 3 vitaminas más poderosas para una vejez feliz. ¿Por qué? Porque no solo alimentan el alma… sino que ¡fortalecen la salud!  Verán: ese abrazo que dura un minuto más, ese susurro cómplice al oído, o esa mirada que dice “aquí estoy” … ¡eso es medicina pura! Por cierto, científicamente está comprobado que las muestras de cariño son capaces de disminuir el estrés y la presión arterial, reforzar las defensas, y llenarnos de energía vital.

Y bueno, emparentada con el amor, la sexualidad madura también cuenta. Y no hablamos solo de pasión, sino de ternura compartida, piel con piel, o simplemente tomarse de la mano bajo las estrellas. Como decía el escritor colombiano Gabriel García Márquez: “El amor en la vejez no tiene edad: tiene raíces profundas”. Sin dudas, la clave está en la complicidad que suele lograrse entre seres que se complementan. Ese “equipo de vida” donde 2 almas se cuidan, se ríen de los achaques y celebran cada mañana juntas. Esa conexión es el abono para florecer en los años dorados.

Por eso, mis queridos les comparto un consejo practico. Bajo ningún concepto, posterguen el cariño. Un masaje en los pies, una canción dedicada, una frase salida del alma, todo vale para alimentar el alma.  Es que el afecto activo nos mantiene jóvenes por dentro.  Recuerden: el cuerpo cambia, pero la capacidad de amar… ¡se perfecciona!

Pensemos en que 2 corazones laten juntos con mas fuerza, incluso acompañados de canas.  El amor en la madurez es complicidad, ternura y ese abrazo que reconforta el alma. Pero también se expresa en la sexualidad. Y claro, hablamos una sexualidad que va más allá del cuerpo. Son las manos que se buscan al caminar, las confidencias a media luz, la complicidad de una mirada. Es un vínculo que nos hace sentir vivos y acompañados. Y dejen que hablen los demás, porque experimentar amarse, apasionarse, ilusionarse, son conductas al alcance de todos. ¿Te preocupa la intimidad? Pues en esta etapa, la intimidad se reinventa: puede ser un beso prolongado, un masaje en las manos, o simplemente compartir el silencio. Todas las formas de cariño físico son válidas y sanadoras. ¿No crees?

Ese amor activo en la vejez produce alegría y reduce el estrés, porque fortalece la autoestima, y hasta nos ayuda a vivir más y mejor. Es cierto, que hay   mitos que nos limitan; entonces, la solución es clara, ¡rompamos esos mitos! Si decimos que la sexualidad es un aspecto vital en todas las etapas de la vida, hagamos eso realidad con hechos. Y bueno, es cierto que cambia el cuerpo, pero el deseo de amar, de sentir cerca… ese ¡nunca se jubila!

No pongamos limites para el amor y la intimidad, porque la edad es experiencia acumulada, así que a ponerla en función del sentirnos bien. Aceptemos que la edad  no es barrera, y enamorarse siendo mayores no solo es posible, ¡es maravilloso! Trae compañía, alegría compartida y hasta beneficios para la salud. La madurez nos regala algo único: la capacidad de amar con profundidad, sabiduría y sin prisas.  Graben esto último: ¡sin prisas!

Y hablemos con naturalidad de la intimidad. Hay retos, como el adaptarnos a la nueva realidad con creatividad y sin vergüenza. Para las molestias hay soluciones. ¿Temor al qué dirán? Haga caso omiso, porque usted merece vivir plenamente, con respeto y sin etiquetas.  Y nada, atreverse a amar es regalarse vida. No dejemos que los prejuicios nos roben esta alegría.

¿Cómo fortalecer esta aventura de cara en la vejez? Les dejo 3 llaves:  Abrace su autoestima porque usted es valioso y merece afecto. La segunda, hable con libertad, comparta sus sentimientos sin miedo. La tercera, busque apoyo si hay dificultades físicas o emocionales.

El amor no es solo asunto para jóvenes. Es un derecho que nos acompaña toda la vida… ¡y en esta etapa puede ser el más dulce! Así que nunca es tarde para vivir un amor que ilumine sus días. Así que cuídense, cómprense flores, bésense, aunque lleven dentadura postiza. ¡Su corazón se lo agradecerá!

Entonces, ¿es posible enamorarse siendo un adulto mayor? Claro que sí, el amor sigue siendo una experiencia valiosa, con sus temores, riesgos, y preocupaciones. Lo que resulta evidente es que enamorarse puede brindar compañía, apoyo emocional y contribuir a una mayor calidad de vida. Y para la salud mental, el amor va a contribuir al bienestar emocional y que amortigua los embates diarios, y que ayuda a manejar mejor las tensiones y las adversidades. Lo que si se ha comprobado es que las personas que experimentan amor y tienen relaciones sólidas, tienden a vivir más tiempo y de manera más saludable.

Aceptemos que podemos amar y expresar la sexualidad, desde   la decisión de un tránsito optimista, positivo, y enriquecedor para estos últimos capítulos que nos depara la vida. Sí, porque pueden quedar muchos de esos últimos capítulos y el limite lo pone cada cual. ¿No crees?

Así me despido, no sin antes invitarte a encontrarnos el próximo domingo para seguir explorando esos caminos que nos ayuden encontrar juntos opciones para dar “más vida a tus años”.

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