Teatro y vida

Cada 27 de marzo el mundo celebra el día del teatro. Siempre esta fecha se recibe con una fiesta donde actores y espectadores rinden tributo a este arte milenario. El teatro forma parte de la historia universal, de la vida de cada hombre y mujer, porque justamente el teatro relata lo que sueña cada ser, sea real  o no.

Carlos Celdrán, uno de los más destacados directores teatrales de Cuba afirmó: “Antes de mi despertar en el teatro, mis maestros ya estaban allí. Habían construido sus casas y sus poéticas sobre los restos de sus propias vidas. Muchos de ellos no son conocidos o apenas se les recuerda: trabajaron desde el silencio, desde la humildad de sus salones de ensayo y de sus salas llenas de espectadores y, lentamente, tras años de trabajo y logros extraordinarios, fueron dejando su sitio y desparecieron. Cuando entendí que mi oficio y mi destino personal sería seguir sus pasos, entendí también que heredaba de ellos esa tradición desgarradora y única de vivir el presente sin otra expectativa que alcanzar la transparencia de un momento irrepetible. Un momento de encuentro con el otro en la oscuridad de un teatro, sin más protección que la verdad de un gesto, de una palabra reveladora”.

La tradición del teatro es horizontal. No hay quien pueda afirmar que el teatro está en algún centro del mundo, en alguna ciudad o edificio privilegiado. El teatro, se extiende por una geografía invisible que mezcla las vidas de quienes lo hacen y la artesanía teatral en un mismo gesto unificador.

Por suerte para los ariguanabenses San Antonio de los Baños cuenta con un legado teatral que se mantiene vivo de generación en generación a lo largo de la historia local. Maestros de las artes escénicas han dejado sus huellas en los escenarios de la Villa del Humor, Julio Capote, Miguel Miqueli, Maridely Miqueli, Félix Dardo y muchos más que hoy viven en teatristas como Malawy Capote, Graciela González y toda la tropa de Los Cuenteros, Alexander Diego Gil o Raúl Miguel Bonachea. San Antonio recibe este 27 de marzo poniendo su alma de raíz para que el teatro de este pedazo de tierra nunca muera.