Con las doce campanadas, dimos la bienvenida a un nuevo año, renovando el ciclo vital.

Dejamos atrás un año lleno de contradicciones, donde la inflación y el alza de precios marcaron el ritmo de nuestra economía.

Entre bancarización, cajeros sin dinero, colas y cuestionamiento a la gestión de las MIPYMES, avanzó el 2024 con la preocupación de un bolsillo que no resiste hasta fin de mes, mientras la emigración seguía dejando sillas vacías en hogares y trabajos. Pero ¿cuánto crecimos como personas? ¿Cuántos espacios retomamos para superarnos?

El país siguió su rumbo, aprobando leyes importantes como la de Comunicación y el nuevo Código Penal.

Aunque el campismo no fue la opción del verano para muchos, nuestros trabajadores del comercio y la cultura se mantuvieron firmes, ofreciendo lo mejor de ellos.

En las mañanas se hizo costumbre revisar el Telegram y el Facebook de nuestra emisora, así como la recién creada comunidad en WhatsApp y la página de uno de nuestros periodistas, De lo nuestro de aquí del Ariguanabo, para saber del próximo apagón y la distribución del día para las bodegas.

Pero no todo fueron dificultades. Las Peñas de Amigos del Río, Todos Cantan, Suerte de Vivir, la de Raulito, Dailey Cadavieco, Noches de Bosquecito y el Temba del parque Ariguanabo, animaron la recreación de los “adultos de mediana edad”, mientras los más jóvenes tuvieron lo suyo en el Búnker, Los Tres Grandes, el Di’tú y el bar Suárez, pese a la estrechez del bolsillo de sus padres.

A las 4 en punto, cada día, nuestro noticiero estelar nos mantuvo al tanto de la guerra en Ucrania, los ciclones en Guantánamo y en nuestra provincia, los temblores en el oriente del país, la situación en Palestina, la llegada del arroz al puerto y las victorias en la ONU contra el bloqueo. Sí. Porque los cubanos estamos en el mapa mundial.

Los juegos olímpicos nos dieron grandes alegrías con Mijaín López, Omara Portuondo ganó un Grammy y nuestro bolero fue declarado Patrimonio Inmaterial de la Humanidad. Y qué decir de los espacios culturales rescatados… ¡Mucho se hizo y más hay por hacer!

El 2025 no será bisiesto, ¡una buena señal! Pero tendremos que enfrentar los embates de un Donald Trump que buscará asfixiar nuestra economía.

Pero los cubanos, con nuestra tradición de superación, sabemos cómo reinventarnos y salir adelante. No nos pregunten cómo, pero lo logramos.

De la carne de cerdo nos olvidamos, pero guardamos el pollo para el 31. La latica de frijoles para el arroz moro y el poquito de azúcar para los buñuelos, son tesoros que cuidamos con esmero.

Un año se va y otro llega, donde lanzaremos el cubo de agua para limpiar lo malo. Algunos darán la vuelta a la manzana con maletas llenas de sueños y otros pediremos voluntad y sabiduría para construir un futuro mejor.

En el 2025, trabajemos para potenciar nuestro Ariguanabo. Hagamos cada uno nuestra parte y nada podrá vencernos.

Los ariguanabenses, los cubanos, somos un pueblo que lucha, solidario, alegre y que se quiere.

Celebraremos este nuevo año el 66 Aniversario de la Revolución y el décimo cuarto cumpleaños de Artemisa con la fe de quienes no pierden la alegría de vivir.

Felicidades a toda la familia ariguanabense. Que el año joven nos traiga retos, trabajo, conquistas y mucha alegría.

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