María Teresa Vera fue una cantante, guitarrista y compositora cubana, nació el 6 de febrero de 1895 en Guanajay, antigua provincia de Pinar del Río.
Fue una voz imprescindible en la historia de la canción trovadoresca cubana. Una de las pocas mujeres cantadoras de su momento. Un paradigma, la excelencia de la canción tradicional, de la llamada vieja trova.
Nieta de esclavos e hija de un militar español, creció al amparo de una familia en donde su madre era sirvienta.
Ya jovencita empezó a darse a conocer en los ambientes de bohemia y trova, allí conoció a Manuel Corona quien le aconsejó que aprendiera a tocar la guitarra.
Realizó sus primeros estudios de guitarra con el tabaquero y maestro José Díaz y posteriormente continuó con Corona quien le enseñó el resto de las lecciones.
Inició su carrera artística con el dúo integrado con Rafael Zequeira.
Junto al artista se presentó en el Teatro Politeama Grande, de la Manzana de Gómez, cuando apenas tenía 16 años de edad.
Allí interpretó la canción “Mercedes”, tal fue el éxito que alcanzó que tuvo que repetirla seis veces. Desde entonces comprendió que ese era el camino a seguir.
En 1918 viajó a Nueva York, donde actuó en el teatro Apolo junto a Rafael Zequeria.
Bien acoplados, identificados en su misión artística, viajaron más de 5 veces a estados unidos y comenzó a popularizarse dentro y fuera de Cu
Cuando en 1922 fue contratada por la disquera RCA Víctor, María Teresa Vera continuó grabando obras con Rafael Zeqqueira, Manuel Corona e Higinio Rodríguez. Para 1931 formó un cuarteto junto a Miguel García, Justo García y Lorenzo Hierrezuelo.
En 1926 fundó el Sexteto Occidente, integrado por Miguel García; Manolo Reynoso, Julio Viart; Francisco Sánchez e Ignacio Piñeiro. Con esta agrupación viajó ese mismo año por última vez a Nueva York donde grabó varios sones. Eran un grupo de talentosos músicos que tenían carreras brillantes.
Por asuntos personales abandonó el sexteto para poco más tarde incorporarse al grupo de Justa García, que tenía un programa por la radio, en la entonces famosa Radio Salas.
Mantuvo, en emisoras radiales habaneras, programas de divulgación del cancionero cubano. Compuso canciones, entre las que resaltan Por qué me siento triste, No me sabes querer, Yo quiero que tú sepas, y la conocidísima Veinte años.
Sus últimas presentaciones en público las efectuó en el Cuarto Festival de Música Folklórica, Popular y Vernácula, y en el Primer y Segundo Festival de Música Típica Cubana, en 1961.
Se retiró de la actividad musical, enferma, en 1962.
Murió en La Habana, el 17 de diciembre de 1965.
Actualmente, el Museo Nacional de la Música atesora varios objetos que pertenecieron a María Teresa. Entre ellos destacan trofeos y la guitarra que la acompañó durante la última etapa de su vida.
Hoy, al rendirle homenaje a quien fuera una de nuestras intérpretes más originales, emerge una invitación para salvaguardar de la imagen y quehacer musical de la cantautora María Teresa
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