En 1843 se gestionó la aprobación del Libro Becerro de San Antonio, pero no pudo hacerse ya que tres regidores del Ayuntamiento se encontraban de licencia y dos estaban enfermos. Por lo tanto, la Contaduría General de Propios y Arbitrios de la Isla determinó que hasta que no estuviera debidamente constituido el Ayuntamiento no podía ser aprobado el Libro. Pareciera que este Registro estaba destinado a demorar desde la propia indicación en 1840, hasta los comienzos de su elaboración doce años después.

Regresando atrás en la historia, el once de enero de 1796, el entonces Capitán General de la Isla Luis de las Casas había ordenado la demarcación de las diferentes áreas de la ciudad, indicación que estaba pactada en la Real Cédula de Erección de la Villa pero que no se había llevado a cabo.

Se trató de nombrar al agrimensor José Barrera para que realizara el deslinde de solares y levantara el plano general pero no pudo encargarse de ello por estar en otras labores. Nombraron entonces a Gabriel Joseph Rivero para esta tarea, cuyos resultados y mediciones se incluirían en el Libro Becerro.

En el Cabildo del 27 de agosto de 1853 acordaron nombrar a tres adjuntos para facilitar las labores de la comisión que debía confeccionar el Libro Becerro. Estos se apellidaban Llanuza, Septién y Almeida. Determinaron también que debían hacer otro plano de la Villa pues el ejecutado por Gabriel Joseph Rivero databa de 57 años atrás y debía actualizarse.

En la reunión de septiembre, los miembros del Cabildo designaron al sabio Tranquilino Sandalio de Noda para que realizara nuevas mediciones y levantara un nuevo plano.

El 22 de septiembre Noda comenzó los trabajos de medición que duraron varios días. La confección de aquel plano actualizado demoró más de lo previsto a causa de problemas de enfermedad del agrimensor. Los miembros del Ayuntamiento disponían de poco tiempo para terminar la confección del Libro Becerro, por lo que exigieron a Tranquilino de Noda concluir el trabajo que había iniciado.

Unido a ello, los señores del Ayuntamiento ordenaron evaluar la casa que servía de Cárcel y Sala Capitular, así como los solares de la Plaza del Mercado y donde estuvo el Matadero, ya que los datos registrados en el Libro Becerro estaban desactualizados.

El 26 de septiembre de 1853, regresó Sandalio de Noda a San Antonio, luego de una estancia prolongada en la vega El Guajiro, en Pinar del Río. Sin embargo, en noviembre de ese año aún no estaban terminados los trabajos de cálculo y dibujo a causa de su enfermedad. Volvía a dilatarse la terminación del Libro Becerro.

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