Maybeline Caridad Matamoros Alvarez
El trabajo social en Cuba se remonta a la época colonial con prácticas benéficas. Está tendencia perduró desde la segunda mitad del siglo XIX, recorrió los diversos modelos de gobierno que coexistieron en la Isla hasta el período revolucionario.
Hace exactamente 25 años, en el poblado costero de Cojímar, se inauguró la primera Escuela de Formación de Trabajadores Sociales en el país.
En aquella histórica jornada del 10 de septiembre del año 2000, el líder de la Revolución, el Comandante en Jefe Fidel Castro, les explicó a aquel primer grupo, que su deber era demostrar, con su acción concreta, todo lo que puede lograr una sociedad basada en la justicia y la solidaridad.
El Programa de Trabajadores Sociales surgió como respuesta a los desafíos comunitarios del nuevo milenio. Fue concebido como un catalizador de soluciones, capaz de diagnosticar y atender las necesidades de más del 70% de las familias cubanas.
Ellos promueven importantes modificaciones en las políticas de los programas de asistencia social, la atención a personas con discapacidad, la educación y el empleo.
Aquella jornada marcó el inicio de una epopeya humanista que transformaría el rostro de la asistencia social en la nación.