El 8 de septiembre de 1987, surgieron los Joven Club de Computación y Electrónica, en reunión con el Buró Nacional de la Unión de Jóvenes Comunistas (UJC), con la misión de proporcionar y elevar una cultura informática a la comunidad dirigida fundamentalmente hacia niños y jóvenes.

En los años posteriores a su creación estas instituciones también apoyaron la labor de los maestros de la asignatura de Computación en las escuelas, y sus profesores impartían talleres sobre las diferentes aplicaciones que hoy son nuestras herramientas de trabajo. Office, Excel, Word, hasta los más complejos, vinculados con cursos de ciberseguridad, inteligencia artificial aplicada, internet de las cosas, robóticas, entre otros, fueron cursos que recibieron muchos cubanos en dichas instituciones.

También brindaban de manera gratuita antivirus, la conocida Mi mochila, un paquete conformado por secciones de cine, audiovisuales, Multimedia, libros, música, videojuegos, deporte y animados, con una capacidad entre 300 y 400 GB.

Hoy, desafortunadamente en nuestro territorio existen sólo dos instituciones de este tipo. La escasez de personal para impartir clases y la poca disponibilidad de computadoras hacen que sus trabajadores sólo pueden apoyar el comercio electrónico. Son parte activa en la transformación digital y la bancarización de las operaciones, debido a que se instalan aplicaciones dirigidas a la transformación digital de nuestra sociedad, como ENZONA, TRASFERMÓVIL, TICKET, VIAJANDO y TRENES.

Considero que los Joven Club de Computación y Electrónica no pueden quedarse en el olvido. Su creación germinó como el primer y único proyecto del mundo que, por su alcance, se haya propuesto contribuir extensivamente en el conocimiento de las técnicas de computación y electrónica.

Otro propósito fue ser entidad referencial dentro del proceso de informatización de la sociedad cubana, desempeñando un papel determinante en la vida sociocultural de la comunidad. Durante varios años los Clubes de Computación y Electrónica recibieron a los niños para brindarles tiempo de máquina, videojuegos y herramientas para realizar sus trabajos de curso. Tanto fue así que se convirtieron en la computadora de la familia cubana.

Por estas y otras razones no podemos prescindir de los Joven Club de Computación y Electrónica, porque jugaron un papel destacado en el desarrollo y divulgación del conocimiento sobre las tecnologías de la informática y formaron parte de muchas familias cubanas.

Dayamí Tabares Pérez
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