Por: Maybe Matamoro

La situación electroenergética en Cuba continúa siendo uno de los desafíos más complejos para el desarrollo normal de la vida en el país.

Esta crisis, con sus prolongados y frecuentes colapsos, no sólo paraliza la economía sino que pone a prueba la capacidad de resistencia de cada comunidad.

En el Ariguanabo, las entidades reprograman sus agendas frente al escenario energético y movilizan los recursos locales.

Con la premisa de proteger lo esencial, se priorizan los servicios vitales, esto lo observamos en el esfuerzo logístico en lugares como la Pizzería para la elaboración de alimentos a precios accesibles a la población.

En nuestra emisora municipal se ayudan a los ariguanabenses a cargar sus dispositivos; y gracias al grupo electrógeno del Hospital continúa la asistencia médica.

Priorizan la entrega del gas licuado para los clientes, como una medida paliativa que busca devolver a los hogares la capacidad de cocinar ante la falta del fluido eléctrico.

Paralelamente, la reparación de transformadores en zonas que ya estaban afectadas antes de la desconexión general sugiere un intento por fortalecer las infraestructuras.

La UEB Droguería Artemisa, perteneciente a le empresa comercializadora de medicamentos activó un número de medidas para proteger los insumos médicos en los almacenes. El sector educativo mantiene su docencia, y salvaguarda los alimentos destinado a las escuelas.

A pesar de la fragilidad del Sistema electróenergetico nacional, debemos apelar a la preservación de los recursos vitales, y poner en muestra aquel valor que caracteriza a la sociedad cubana: la solidaridad.