La comunicación es la base de la sociedad, es uno de los pilares de la familia y de cualquier relación interpersonal. A través del lenguaje las personas comprenden el mundo, estructuran sus modelos de pensamiento y se relacionan con los otros. Es por esto que una buena pauta de comunicación en el hogar no solo mejora las relaciones entre los miembros de la familia, sino que además crea pautas adecuadas de expresión, resolución de conflictos, gestión de las emociones y potencia el desarrollo cognitivo, la autoestima y la autopercepción de niños pequeños y jóvenes.

La comunicación entre padres e hijos es fundamental, no solo para tener una mejor convivencia, sino además para contribuir al desarrollo integral de los niños y jóvenes. Los padres son el refugio seguro de los hijos. Los valoro así porque son personas que quieren lo mejor para ellos.

No existe amor más entregado que ese. La falta de comunicación en el hogar puede desencadenar múltiples conflictos y afectar no solo la convivencia, sino también la salud mental de los diferentes miembros de la familia.

Todo esto se sustenta en que si no existe un buen clima de comunicación es más complejo llegar a acuerdos o comprender las necesidades, problemáticas y situaciones que pueden afectar a niños, adolescentes y padres. Hágase amigo de sus hijos, comparta con ellos todo lo que pueda y sus amigos. La comunicación abierta, es la capacidad de expresarse con libertad sin importar el tema del que se está hablando.

Para esto es fundamental llamar las cosas por su nombre, evitar las evasivas o camuflar lo que en realidad se quiere decir. También es necesario que exista la disponibilidad y voluntad para hablar sobre temas difíciles. El respeto en todo momento es esencial. Nunca ofenda o enjuicie a sus hijos delante de nadie. Un espacio de intimidad padre e hijos es esencial para poner los puntos sobre la mesa.

La comunicación abierta es el camino más directo para evitar malos entendidos, y para fortalecer la idea de que por medio del diálogo se pueden solucionar diferentes cosas, buscar alternativas y aprender que cada situación se puede abordar desde puntos de vista distintos. Escuche atentamente, valore cada punto de vista de los hijos, no imponga su criterio. Ejemplifique cada idea ayudando a la reflexión.

Olga Álvarez Suárez
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