Las estadísticas hablan por sí solas, y en el caso de Moinelo, sus números son poesía en movimiento para cualquier amante del béisbol. Una efectividad de 1.46, 172 ponches y un balance de 12 victorias y solo 3 derrotas son cifras que no solo dominan, sino que aplastan a la competencia. No estamos hablando de un simple buen lanzador; hablamos de un maestro del montículo que, con cada salida, impuso su ley, convirtiendo a los bateadores rivales en meros espectadores de su arte.
Pero el impacto de Moinelo va más allá de los fríos números. Fue la táctica y la sangre fría que proyectó desde el box lo que realmente impulsó a los Halcones de SoftBank a su segunda corona consecutiva. En el béisbol, la mentalidad lo es todo, y Liván demostró una compostura inquebrantable, una inteligencia para leer el juego y una capacidad para ejecutar en los momentos de mayor presión que solo poseen los elegidos. Su inclusión en el Equipo Ideal de la Liga del Pacífico como abridor es un testimonio de esta influencia decisiva.
A sus 29 años, Moinelo ya ha labrado una trayectoria envidiable. Cinco títulos con SoftBank son la prueba de su valor en la construcción de dinastías. Es el primer lanzador extranjero en lograr victorias consecutivas en el circuito japonés, un hito que subraya su dominio. La blanqueada, esa obra de arte que solo unos pocos logran, lo une a Onelki García en un selecto club cubano en la NPB. Y sus récords de ponches, tanto internos en su franquicia como en juegos interligas, no son meras anécdotas; son la evidencia de una capacidad para dominar a los bateadores a un nivel que trasciende épocas. Dieciocho ponches en 8 innings ante Yakult, 37 en interligas, son actuaciones que definen carreras y elevan el estándar.
Ser el primer cubano MVP en Japón, y solo el cuarto latino, lo coloca en un pedestal junto a nombres históricos como Petagine, Cabrera y Ramírez. Esto no solo es un logro personal para Moinelo y Pinar del Río, sino un motivo de inmenso orgullo para el béisbol cubano. Es la demostración fehaciente de que el talento insular, cuando se le dan las oportunidades y el escenario adecuado, puede brillar con luz propia en cualquier parte del mundo.
Hoy, mientras Moinelo encabeza la Encuesta Deportiva Anual de Prensa Latina como Mejor Atleta Masculino de Latinoamérica 2025, el mundo del deporte reconoce lo que los seguidores de los Halcones de SoftBank ya sabían: Liván Moinelo no es solo un gran lanzador; es una fuerza de la naturaleza, un zurdo de oro que, con cada lanzamiento, sigue redefiniendo la grandeza en el deporte. Su legado está en construcción, y promete ser tan brillante como su efectividad.
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